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La propiedad intelectual es un factor clave en la generación del ambiente necesario para innovar en salud y mejorar el bienestar de las personas. Con el objetivo de llevar a cabo una discusión constructiva sobre la trascendencia de la propiedad intelectual en el ámbito de la salud, en la Semana de la Innovación 2022 de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF) se llevó a cabo el panel “La propiedad intelectual: Factor para innovar en salud”, donde expertos compartieron sus experiencias y hablaron de los retos y oportunidades en materia de propiedad intelectual.

María Fernanda Hurtado, moderadora del panel y directora de Operaciones y Política Internacional de la Federación Latinoamericana de la Industria Farmacéutica (FIFARMA), abrió la discusión con la afirmación de que en el siglo XX la expectativa y calidad de vida tuvieron una mejora indiscutible, gracias a la innovación promovida a través de la propiedad intelectual.

“Durante la pandemia, según datos de la International Federation of Pharmaceutical Manufacturers & Associations (IFPMA), la protección a la propiedad intelectual ha permitido transferencias de tecnología voluntarias y asociaciones que han resultado en la producción de más de 13 mil millones de dosis de vacunas en todo el mundo. También se han establecido 371 colaboraciones en la fabricación de vacunas y 155 para tratamientos”, informó la moderadora del panel.

Una propiedad intelectual sólida empieza en casa

En su intervención, Eduardo Velazquillo Herrera, coordinador de Planeación Estratégica del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), presentó algunos números para dar a conocer la importancia que la propiedad intelectual tiene para la sociedad.

“El IMPI recibe alrededor de 32 mil solicitudes de marca cada año, para proteger productos vinculados con el ámbito de la salud. En materia de patentes, entre 2018 y 2021, 25% de las solicitudes recibidas fueron de sectores relacionados con la salud como tecnología médica y productos farmacéuticos”, señaló Eduardo Velazquillo.

Estos números resultan significativos porque son un reconocimiento de que la innovación y la creatividad requieren de la protección de la propiedad intelectual.

El coordinador de Planeación Estratégica del IMPI informó que el Instituto ha impulsado la modernización de su ordenamiento jurídico para ajustarse a una nueva realidad, así como para cumplir con los compromisos internacionales, entre los cuales sobresale el tratado entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC).

“La Ley Federal de Protección a la Propiedad Industrial, que entró en vigor en noviembre de 2021, incorporó nuevas figuras y prácticas. Le ley también mejoró procesos, reforzó las facultades de protección y adoptó mecanismos alternativos para solucionar temas contenciosos”, abundó el funcionario.

La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) comparte su experiencia

Andras Jokuti, director de la División de Derecho de Patentes y Tecnología en la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) subrayó que la propiedad intelectual es un mecanismo de recompensa que brinda ventajas competitivas para invertir en investigación y desarrollo y, como tal, es un incentivo para innovar.

La propiedad intelectual genera valor y contribuye al fortalecimiento de la economía de las naciones. “Todas las invenciones deben ser protegidas por medio de la propiedad intelectual y significativamente por medio de las patentes. En el Reporte Mundial de la Propiedad Intelectual de este año, publicado por la OMPI, se revisan las tendencias globales y la dirección de la innovación, aunque el énfasis principal está en la digitalización”, informó Andras Jokuti.

“Es muy importante asegurar la disponibilidad de los medicamentos y de las tecnologías relacionadas y cómo es que las herramientas de la propiedad intelectual favorecen o facilitan la disponibilidad de todas estas herramientas”.

El director de la División de Derecho de Patentes y Tecnología de la OMPI subrayó que la propiedad intelectual y las patentes protegen el derecho a la salud de la población. Informó que la OMPI, en su Reporte Mundial de la Propiedad Intelectual está revisando la dirección de la innovación con nuevos enfoques. “También contamos con un reporte relacionado con la Covid-19 que muestra la manera en que la pandemia y sus efectos han inspirado a los innovadores de todo el mundo para tratar de solucionar el problema, en conjunto con universidades y organizaciones de investigación.”

Propiedad intelectual, requisito clave para la innovación

Carlos Baños, director general de Eli Lilly y Compañía México, habló sobre las condiciones que requieren las industrias ligadas a la innovación para lograr los mayores beneficios posibles en salud en América Latina y llegar al objetivo de desarrollo sustentable sobre salud y bienestar de la Organización Mundial de las Naciones Unidas (ONU).

“Para lograr los mayores beneficios posibles en salud definitivamente se requiere de la innovación y ésta no existe sin propiedad intelectual. Estos objetivos de desarrollo sustentable en salud nos llevan también a replantear las nuevas fronteras de la terapéutica y de lo que puede lograr la industria farmacéutica. Recordemos que hace algunos años la hepatitis C, por ejemplo, era una condena de muerte y hoy es curable. Ahora tenemos adelante enfermedades como Alzheimer, cáncer y diabetes, entre otras, que requieren continuar con los esfuerzos de innovación”, puntualizó Carlos Baños.

El directivo también hizo hincapié en que para facilitar el acceso a la innovación y beneficiar a la población se necesita mayor competencia, atraer a más jugadores, contar con más empresas inversionistas y dispuestas a continuar investigaciones y que éstas sean compensadas e incentivadas adecuadamente.  Y esto se logra con la protección de la propiedad intelectual.

Colaboración para dar respuesta rápida a la pandemia, bajo la protección de la propiedad intelectual

Komal Kalha, directora asociada en propiedad industrial y política pública en la International Federation of Pharmaceutical Manufacturers & Associations (IFPMA), dio una reseña de cómo se unió la industria farmacéutica global para responder a la urgencia sanitaria de la pandemia, bajo la protección de la propiedad intelectual.

“Me da mucho orgullo decirles que, gracias a la unión de esfuerzos de las compañías dedicadas a la investigación y más de 300 colaboraciones, en 326 días ya teníamos la vacuna contra la Covid-19 autorizada y lista para ser aplicada. Con los esquemas de investigación y estudios que se hicieron, logramos reducir en 94% el tiempo que se requiere para el desarrollo de una vacuna.”

La funcionaria de IFPMA continuó narrando que la producción de las dosis necesarias y su distribución en el mundo requería encontrar las alianzas y colaboraciones correctas, lo más pronto posible.  “Como se ve, la innovación no se puede detener y esto se logra en importante medida con los incentivos de la propiedad intelectual.”

“Muchas personas ven la propiedad intelectual como un intento de quedarse con todas las utilidades, pero eso no es cierto. Si no tuviéramos la propiedad intelectual no hubiéramos tenido las vacunas con la tecnología ARN mensajero, por ejemplo. Si detenemos la innovación y los incentivos, el tiempo de reacción será todavía más largo”, enfatizó Komal Kalha.

Como conclusión, la moderadora María Fernanda Hurtado, aseveró que la protección a la propiedad intelectual es un factor clave para garantizar los espacios necesarios que permitan la innovación en salud y garantizar mayor bienestar a nuestras sociedades, apalancando los objetivos de desarrollo sostenible.

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