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Los efectos del cambio climático nos ponen en situaciones complejas que pueden tener graves consecuencias en nuestra salud. Se estima que en los próximos 30 años, el aumento de las temperaturas en regiones densamente pobladas provocará no solo la pérdida de salud, sino la migración masiva de personas. Comprender cuántas de ellas se trasladarán y a dónde, será clave para mitigar crisis humanitarias como la escasez de alimentos, las epidemias y los colapsos de infraestructuras.

Para monitorear los impactos en la salud y la población asociados al cambio climático, a la seguridad alimentaria y a la sostenibilidad, el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME), junto con Planet Labs PBC y AI for Good Lab en Microsoft, anunciaron una colaboración para analizar imágenes satelitales de alta resolución y generar data que ayude a anticipar amenazas emergentes.

Estos organismos colaboraron ya en el inicio de la pandemia por covid-19, y ahora se busca replicar esfuerzos como el que desarrolló el IHME para modelar las tendencias y desarrollo de la pandemia, así como el impacto del distanciamiento social, el uso de cubrebocas y las vacunas.

La experiencia y las herramientas de cada organismo buscarán responder las siguientes preguntas: ¿Dónde vive la gente y hacia dónde se mudarán a medida que cambien las condiciones? ¿Cómo se está utilizando la tierra, especialmente con relación a la alimentación? ¿Cuáles son las enfermedades emergentes y endémicas que plantean amenazas regionales y globales?

Esta asociación es una muestra de la importancia de las colaboraciones y el poder de la innovación para proteger la salud y el bienestar de las personas en todo el mundo.

Los detalles de este proyecto se pueden encontrar aquí.  

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