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Basta con escribir en cualquier buscador de internet “cáncer”, “diabetes”, “VIH” o cualquier otra enfermedad para obtener un sinfín de información. Pero en ese inmenso mar de datos, historias y tratamientos, ¿cómo saber qué es verdad y qué no? 

Cuando hablamos de salud, la información errónea puede afectar la toma de decisiones sobre el tratamiento con graves consecuencias, mermar la supervivencia al dificultar la entrega de terapias basadas en evidencia y amenazar la salud pública al erosionar la confianza e impactar negativamente en las relaciones médico-paciente. 

En este texto, la Unión Internacional contra el Cáncer (UICC) señala que las personas que reciben un diagnóstico de cáncer u otra enfermedad grave pueden ser vulnerables, sentirse dudosas, temerosas e incluso amenazadas, por lo que buscan maximizar sus posibilidades de un tratamiento exitoso. Sin embargo, en esa búsqueda pueden toparse con personas e informaciones erróneas o consejos engañosos y perjudiciales.

Para abordar esta amenaza, la organización resalta la importancia del diálogo constructivo entre el personal de salud y los pacientes. Aquí, se debe privilegiar la comunicación efectiva, clara y transparente sobre los riesgos y beneficios de los diferentes tratamientos y las últimas investigaciones y desarrollos para enfermedades como el cáncer.

Adicionalmente, se deben impulsar acciones por parte de las plataformas de redes sociales y sitios web, que deben tomar medidas para eliminar contenido falso y engañoso, al tiempo que promuevan fuentes confiables de información. 

Les invitamos a revisar el texto completo de la UICC para conocer lo que gobiernos, organizaciones, medios de comunicación y otros actores podemos hacer para afrontar la desinformación médica. 

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