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Las restricciones de movilidad y los periodos de confinamiento fueron medidas adoptadas a nivel mundial para disminuir el contacto humano y contener la pandemia por covid-19. Nuestras interacciones personales cambiaron y la costumbre de saludar con un apretón de manos se cambió por un saludo lejano y, en el mejor de los casos, por un toque de codo con codo. 

Las enfermedades infecciosas de transmisión directa necesita del contacto humano que permite su circulación, y ya sin tanto apretón de manos, comenzaron a observarse cambios en los patrones de circulación no solo de la covid-19, sino de otras enfermedades infecciosas como la influenza, el sarampión y el norovirus. 

En este artículo, Kristin Nelson y Ben Lopman, miembros del Departamento de Epidemiología en Rollins School of Public Health, recuerdan que la epidemiología de las enfermedades infecciosas es el estudio de la persona, el lugar y el tiempo: quién se enferma, dónde se produce la infección y la transmisión, y cuándo aumenta o disminuye la incidencia de la enfermedad. Los cambios sustanciales en el comportamiento humano en respuesta a la pandemia de covid-19 afectarán esos tres pilares, produciendo efectos dominó para muchas enfermedades endémicas y cambiando la comprensión actual de su epidemiología.

Entonces, estos cambios en la circulación de enfermedades infecciosas, ¿Son buenas noticias? En parte sí. Los autores destacan que, para las infecciones infantiles que dejaron de circular entre los niños más pequeños durante los últimos años, las primeras infecciones ocurrirán a edades más avanzadas y los perfiles de enfermedad para algunos pueden ser menos graves. Por ejemplo, la gravedad de la diarrea deshidratante es generalmente más baja en un niño de 5 años en comparación con un bebé menor de 1 año.

Pero, del otro lado de la moneda se encuentran otras infecciones como la varicela, cuya gravedad aumenta si las personas enferman a edades avanzadas. También, se deben considerar las infecciones estacionales, que si presentan picos retrasados, generarían nuevas tensiones en los sistemas de salud en nuevas épocas del año.

Es así como un cambio en nuestro comportamiento (y el dejar de lado el apretón de manos) influye no solo en nuestras interacciones personales, sino en la epidemiología de las infecciones en todo el mundo. 

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