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La salud mental es fundamental para hablar de bienestar. Y aunque este tema se ha vuelto más común, la realidad es que en todo el mundo aún se viven muchas carencias y deficiencias para su cuidado y atención, lo que repercuten en la vida de las personas y en las opciones de desarrollo para las sociedades.

El “Informe Mundial sobre Salud Mental”, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), señala que una de cada ocho personas en el mundo sufre de algún trastorno mental, siendo los más comunes, tanto entre hombres como mujeres, los trastornos depresivos y de ansiedad.  

Este problema se ha visto agravado por diversas situaciones sociales y políticas que se viven a nivel global y local. La pandemia de covid-19, por ejemplo, ha generado una verdadera crisis mundial de salud mental que, sólo en su primer año, provocó un aumento de 25% en estos trastornos.

Más allá de lo que la falta de atención a la salud mental representa para las personas que viven con estos trastornos, es necesario señalar que la depresión y ansiedad también tienen repercusiones económicas muy importantes. Informes presentados por la OMS y la Organización Mundial del Trabajo (OIT), señalan que estos trastornos provocan la pérdida de 12 mil millones de días de trabajo cada año, lo que se traduce en la pérdida de casi un billón de dólares para la economía mundial.

A pesar de la gravedad de estos problemas, factores como la mala calidad de los servicios, los bajos niveles de conocimiento sobre salud mental y la estigmatización y discriminación que prevalece en la sociedad, aún impiden a las personas que viven estos trastornos
buscar ayuda.

Por lo anterior, el llamado de la OMS es a emprender un cambio de actitud general frente a este tema a partir de tres vías: 1) profundizar en el valor y el compromiso que atribuimos a la salud mental, 2) reorganizar las características físicas, sociales y económicas de los entornos para la
prevención y la protección, y 3) reforzar la atención de salud mental para atender todo el espectro de necesidades mediante una red comunitaria de servicios y apoyo accesibles, asequibles y de calidad.

Estos caminos y la colaboración de todos, nos acercarán a un mundo en el que se valore, fomente y proteja la salud mental.

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