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Si bien es frecuente que la medicina y el cine compaginen historias, no es común que sus intereses se alineen. La película  “Contagio” de Steven Soderbergh, vio la luz en 2011 y sigue siendo un estupendo ejemplo de cómo la salud pública y una historia cinematográfica, convergen en una labor de difusión y educación para el público en general. El lenguaje cinematográfico es particularmente persuasivo.

¿Cómo empieza una epidemia?, ¿cómo responde la sociedad? Si no han visto esto película, al hacerlo, muchos de ustedes sentirán, irremediablemente, un déjà vu hacia el inicio de la pandemia por covid-19. (Cuando la película se estrenó habían pasado solo dos años del brote de influenza AH1N1). Si la vieron antes de 2020, seguro vieron en ella una premonición.   

La película refleja con realismo la intensidad de lo que hemos vivido: miedo personal, miedo generalizado (que se traduce en desconfianza y paranoia), las dificultades del diagnóstico, las implicaciones políticas y económicas, las consecuencias éticas de nuestras acciones, los conflictos de interés, el cuidado de nuestros seres más cercanos y el influyente impacto de medios de información -y ahora de las redes sociales-, son elementos centrales en cualquier epidemia.

La película está tan bien lograda que cuando se estrenó en México la Academia Nacional de Medicina de nuestro país celebró una función para comentarla.

Un dato interesante que ha comentado Ian Lipkin, el consultor científico de la película, es que una crítica que les hicieron fue que el tiempo que daban en la película para crear una vacuna no era realista. Y ahora vemos que si en la película el desarrollo de la vacuna era de varios años, ahora ese periodo se ha acortado a ¡menos de un año!

Aquí pueden leer una entrevista con Ian Lipkin acerca de los paralelismos entre Contagio y la pandemia por covid-19. Y, si no han visto esta película, este fin de semana largo es una excelente oportunidad para hacerlo.

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