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¿Son seguras las vacunas COVID-19?

¿Son seguras las vacunas COVID-19?

La seguridad del paciente es fundamental para la investigación y el desarrollo de todas las vacunas. Los fabricantes de vacunas deben seguir estrictos procesos científicos y de las autoridades de salud para producir una nueva vacuna disponible para el público, incluso durante la pandemia actual.

Como todas las vacunas, las vacunas COVID-19 son sometidas a diversas etapas de aprobación, que incluyen:

  • Etapa exploratoria de “prueba de concepto”.
  • Etapa preclínica (a menudo incluye estudios en animales).
  • Desarrollo clínico (que incluye las fases 1-3 de ensayos clínicos con humanos).
  • Revisión, autorización o aprobación de las autoridades de salud.
  • Producción y control de calidad.

Al igual que todas las demás vacunas y medicamentos, las vacunas COVID-19 únicamente son autorizadas o aprobadas para uso público en general después de:

  • Ser probadas minuciosamente en ensayos clínicos con decenas de miles de personas.
  • Un grupo independiente de expertos revisa cuidadosamente todos los resultados de los datos arrojados por los ensayos clínicos y científicos, junto con autoridades de salud, y únicamente se autorizan para su uso público en general si los beneficios de la vacuna superan los riesgos conocidos y posibles de contraer una infección por COVID-19.

Los ensayos clínicos también ayudan a encontrar problemas médicos graves (llamados eventos adversos graves) que pueden presentarse poco después de recibir una vacuna. Sin embargo, los problemas médicos raros (poco frecuentes) y los que solo se manifiestan a largo plazo solo podrán detectarse después de que grupos grandes de personas se hayan vacunado. Es por ello que los investigadores y las autoridades de salud monitorearán continuamente ese uso para verificar que no surjan problemas de seguridad y que las vacunas continúen funcionando bien en diferentes grupos de personas a lo largo del tiempo. Las autoridades de salud también verifican efectos secundarios muy raros o efectos secundarios que pueden manifestarse solo después de uso prolongado.

¿Cómo se aprueba o autoriza para uso de emergencia una vacuna COVID-19 para uso de emergencia?

Las autoridades de salud, en México el Comité de Moléculas Nuevas de la Cofepris y la Cofepris misma, evalúan todos los datos de los ensayos clínicos y científicos, y deciden si las vacunas pueden autorizarse o aprobarse para su uso en su región o países. Revisan todos los datos preclínicos (como la investigación con animales), clínicos y del proceso de fabricación, incluyendo los datos de seguridad y eficacia (qué tan bien funciona). En el mundo estas autoridades de salud son los organismos reguladores regionales, tales como la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) de la Unión Europea y autoridades reguladoras nacionales como la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) en EUA., y la Agencia de Productos Farmacéuticos y Dispositivos Médicos (PMDA) en Japón.

Las vacunas COVID-19 siguen los estándares acordados internacionalmente para el desarrollo y aprobación de vacunas. Como cualquier medicamento o tratamiento nuevo, las vacunas deben someterse a una serie de pruebas que demuestren su calidad, seguridad y eficacia (qué tan bien funciona) en decenas de miles de voluntarios antes de ser aprobadas o autorizadas por expertos científicos independientes que trabajan para las autoridades de salud.

Aquí pueden conocer más sobre las vacunas COVID-19 candidatas que se estudian actualmente en ensayos clínicos y qué vacunas COVID-19 han sido autorizadas o aprobadas en México.

¿Cómo se desarrollaron tan rápido las vacunas COVID-19?

Debido a la emergencia de salud pública, la autorización y fabricación de vacunas COVID-19 ha sido más rápida que con vacunas anteriores. Ha habido un nivel de preparación y colaboración excepcional entre investigadores, fabricantes de vacunas, gobiernos y autoridades de salud, así como un financiamiento sin precedentes para el desarrollo y la fabricación de vacunas. Estas asociaciones aceleraron el desarrollo seguro y efectivo de las vacunas COVID-19 y su autorización, sin poner en riesgo ninguno de los procesos de seguridad o autorización.

Otros factores que agilizaron el proceso de desarrollo incluyen:

  • Los fabricantes de vacunas llevaron a cabo ensayos clínicos y produjeron vacunas en paralelo, en lugar de hacerlo uno por uno. Esto evitó largos períodos de espera entre los ensayos. Dada la alta propagación del virus, ha sido más fácil reclutar voluntarios para ensayos clínicos y probar la eficacia (qué tan bien funciona para prevenir la infección) de las vacunas.
  • Los fabricantes de vacunas dieron acceso a las autoridades de salud a los resultados de los ensayos clínicos a lo largo de todo el proceso (“una evaluación continua”), en lugar de esperar hasta el final, para ayudarles a llevar a cabo revisiones continuas de los resultados. Incluso antes de la autorización final, los fabricantes de vacunas comenzaron a producirla para acortar el tiempo que llevaría distribuir las vacunas.
  • Los fabricantes de vacunas han trabajado día y noche para adaptar las instalaciones y contratar y capacitar a más personal para producir la gran cantidad de vacunas que se necesitan. Los proveedores que fabrican viales, jeringas y tapones trabajan horas extras y en estrecha colaboración con los fabricantes de vacunas.
  • Las autoridades de salud establecieron grupos de trabajo específicos conformados por expertos independientes y procesos de revisión rápida para evaluar las aplicaciones de alta calidad de los fabricantes de vacunas. Esto permite reducir el tiempo en la medida de lo posible, garantizando, al mismo tiempo, dictámenes científicos sólidos.
  • El apoyo financiero de los gobiernos, en algunos casos, ha permitido que lo anterior ocurra más rápidamente que con otras vacunas.

¿Quiénes participaron en los ensayos clínicos de las vacunas COVID-19?

Decenas de miles de participantes en todo el mundo se han ofrecido como voluntarios para participar en los ensayos clínicos de la vacuna COVID-19. Los ensayos clínicos están diseñados para probar vacunas entre personas de todas las razas y géneros, de diferentes edades y en personas con problemas de salud subyacentes, incluyendo aquellas con un mayor riesgo de enfermedad grave por COVID-19. Esto ayuda a ampliar el conocimiento de la seguridad y la eficacia (qué tan bien funciona) de las vacunas COVID-19 en diferentes grupos de personas en diversas partes del mundo. A medida que más personas puedan aplicarse una vacuna autorizada o aprobada, tendremos mayor éxito para ayudar a detener la propagación del virus COVID-19 y poner fin a la pandemia.

¿Dónde puedo obtener más información sobre los datos del ensayo clínico de la vacuna COVID-19?

Los fabricantes de vacunas apoyan la revisión de expertos independientes de los datos de los ensayos clínicos para todas las vacunas COVID-19. También están comprometidos a publicar de manera transparente los resultados de los ensayos clínicos que respaldaron la aprobación de las vacunas por parte de las autoridades de salud. Muchos de los fabricantes de vacunas han publicado los resultados de sus ensayos clínicos en línea y en revistas médicas que son consultadas por sus homólogos como The Lancet y The New England Journal of Medicine.

La transparencia es una de las formas más importantes de informar al público sobre el proceso para desarrollar una vacuna vs COVID-19 y generar una mayor confianza en ella. Las agencias gubernamentales, como la FDA, la EMA y los CDC, han divulgado información clave de manera rutinaria y han celebrado reuniones abiertas para que los comentarios del público puedan ayudar a informar su toma de decisiones.

Los fabricantes de vacunas también han tomado medidas para brindar una mayor transparencia dentro del proceso de desarrollo de la vacuna COVID-19. Por ejemplo, es normal detener un ensayo clínico si surgen cuestionamientos de seguridad, pero rara vez se informan públicamente. Algunas empresas decidieron compartir públicamente cuando hicieron una pausa en los ensayos clínicos de la vacuna COVID-19. Esto ha ayudado a mantener al público informado sobre cualquier obstáculo encontrado en el desarrollo de una vacuna y muestra que el ensayo clínico de la vacuna y el proceso de desarrollo de mecanismos de control están funcionando adecuadamente.

¿Cuáles son los efectos secundarios de las vacunas COVID-19?

La mayoría de las reacciones se manifiestan poco tiempo después de recibir la vacuna. Es por ello que el personal de salud le indica que permanezca en sitio después de aplicarla, a fin de atender cualquier reacción inmediata que pudiera presentarse tras la administración de la vacuna.

En el caso de las vacunas COVID-19 que se utilizan actualmente de forma generalizada, los ensayos clínicos han demostrado que los efectos secundarios son similares a los de otras vacunas e incluyen:

  • Dolor en el brazo donde recibió la inyección.
  • Cansancio.
  • Dolor de cabeza.
  • Dolor muscular.

Si tiene alguno de estos efectos secundarios, desaparecerán en unos días, máximo una semana. Pero si empeoran o le preocupan, consulte a su médico. Puede encontrar más información en los folletos para pacientes.

Existen mayores probabilidades de enfermarse por el virus del SARS-CoV-2 que por recibir la vacuna. Los efectos secundarios graves son extremadamente raros y ocurren solo en 1-2 casos de cada millón de dosis administradas (su probabilidad de tener un es del 0.00005%). En cambio, los estudios muestran que 1 de cada 5 personas con COVID-19 (20%) tiene una probabilidad de enfermar gravemente de COVID-19.

Recuerde, las vacunas COVID-19 únicamente son autorizadas o aprobadas para uso público en general después de:

  • Ser probadas minuciosamente en ensayos clínicos con decenas de miles de personas
  • Un grupo independiente de expertos con autoridades de salud revisa cuidadosamente todos los resultados de los datos arrojados por los ensayos clínicos y científicos, y únicamente se autorizan para su uso público en general si los beneficios de la vacuna superan los riesgos conocidos y posibles de contraer una infección por COVID-19.

Al igual que con todas las vacunas, autoridades de salud independientes continúan monitoreando la seguridad y eficacia de la vacuna, y brindan al público la información más reciente.

Consulte a un profesional de la salud para obtener más información y siga los lineamientos de vigentes México

¿Qué sabemos sobre los efectos a largo plazo de las vacunas COVID-19?

Hasta noviembre de 2021, se han administrado más de 7 mil millones de dosis de vacunas a personas de todo el mundo. Es importante que todos los que se vacunen estén confiados de que la vacuna es segura. Es por eso que las autoridades de salud continúan monitoreando la seguridad de todas las vacunas, incluso las que ya han sido autorizadas. Este proceso de seguimiento se denomina farmacovigilancia.

Los ensayos clínicos ayudan a encontrar cualquier efecto secundario que pueda ocurrir poco después de recibir una vacuna. Sin embargo, es más probable que se detecten problemas médicos poco frecuentes y otros problemas a largo plazo después de que se vacunen grupos más grandes de personas. Por eso, los investigadores y las autoridades sanitarias, al igual que con otras vacunas, continúan vigilando de cerca a las personas que han recibido una vacuna contra COVID-19.

Los problemas médicos graves (como reacciones alérgicas, coágulos de sangre o inflamación del corazón) después de la vacunación COVID-19 son extremadamente raros; incluso tiene un mayor riesgo de sufrir una enfermedad grave, hospitalización o muerte por una infección por COVID-19 que por cualquier posible efecto secundario o reacción a la vacuna.

Como ocurre con todas las vacunas, las autoridades sanitarias independientes continúan monitoreando la seguridad y eficacia de la vacuna y brindan al público información actualizada. Por ejemplo, cuando algunas personas informaron coágulos sanguíneos y niveles bajos de plaquetas después de recibir la vacuna COVID-19, los investigadores estudiaron el problema y encontraron que era muy raro. Las autoridades de salud independientes encontraron que los beneficios de las vacunas para prevenir COVID-19 continúan superando los riesgos de efectos secundarios o reacciones graves.

De manera similar, cuando se recibieron informes de miocarditis y pericarditis (inflamación del músculo cardíaco o del revestimiento) después de la vacunación contra COVID-19, autoridades sanitarias revisaron la evidencia. Poco tiempo después concluyeron que aunque la miocarditis y la pericarditis pueden ocurrir en casos muy raros después de la vacunación contra COVID-19, dado el riesgo de enfermedad COVID-19 (y sus complicaciones relacionadas), los beneficios de todas las vacunas COVID-19 autorizadas continúan superando sus riesgos, incluido el posible riesgo de miocarditis o pericarditis. De hecho, algunos estudios científicos recientes han demostrado que quienes no están vacunados y se infectan con el virus COVID-19 tienen más probabilidades de desarrollar miocarditis que quienes han recibido la vacuna.

Recordatorio: Vacunarse es una mejor manera de desarrollar inmunidad que contraer el virus. COVID-19 puede causar problemas de salud graves, a largo plazo y potencialmente mortales y no hay forma de saber cómo le afectará. Además, si contrae el virus, puede contagiar a sus amigos, familiares y otras personas a su alrededor

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¿Las vacunas “genéticas” del ARNm de COVID-19 pueden cambiar mi ADN?

No, las vacunas genéticas para COVID-19 no afectan ni interactúan con su ADN de ninguna manera. El ARNm no es lo mismo que el ADN y no puede combinarse ni interferir con su ADN para cambiar su código genético. Las vacunas de ARNm nunca llegan al núcleo de una célula, donde está alojado su ADN dentro de la célula.

Las vacunas de ARNm COVID-19 contienen una pequeña porción del código genético (ARN) del virus para desencadenar una respuesta inmunitaria. Aunque las vacunas de ARNm son un tipo más nuevo de vacuna, se han estudiado durante las últimas dos décadas.

Las vacunas de ARNm de COVID-19 le indican a sus células que produzcan una fracción inofensiva del virus que se llama “proteína del pico”. La proteína del pico se encuentra en la superficie del virus que causa COVID-19. Su sistema inmunológico produce anticuerpos en respuesta a la proteína del pico. También crea una memoria para esta respuesta, para que su organismo pueda combatir el SARS-CoV-2 en el futuro. El ARNm se destruye poco después de ser “leído” por sus células y no permanece en su cuerpo.

¿Las vacunas COVID-19 pueden ocasionar COVID-19?

No. No puede contraer la enfermedad COVID-19 por la vacuna COVID-19. Por ejemplo, no contraerá sarampión por aplicarse una vacuna contra el sarampión.

Cuando se usa un virus para desarrollar una vacuna, esto no lo enfermará. Le indica a su sistema inmunológico que “aprenda” a reconocer el virus y le enseña a construir defensas para ayudarlo a protegerse de contraer la enfermedad en el futuro.

¿Son efectivas las vacunas contra la Covid-19?

¿Cómo podemos saber que las vacunas contra COVID-19 son efectivas y funcionan bien para prevenirlo?

Los fabricantes de vacunas deben seguir estrictos procesos científicos y de las autoridades de salud para producir una nueva vacuna disponible para el público, incluso durante la pandemia actual.

Las vacunas funcionan de 3 formas:

  • Reducen la posibilidad de contraer el virus. Esto se llama eficacia de la vacuna (qué tan bien funciona la vacuna).
  • Pueden proteger a una persona de enfermarse gravemente si contrae el virus. Aunque ninguna vacuna es 100% efectiva, vacunarse reduce la posibilidad de hospitalización y muerte por COVID-19.
  • Hacen que una persona vacunada sea menos propensa a transmitir la enfermedad a otras personas.

Los ensayos clínicos de fase 3 (la última y más grande fase de prueba de la vacuna antes de la autorización o aprobación) prueban la eficacia, la eficacia de una vacuna para prevenir la enfermedad COVID-19 y se realizan con el apoyo de cientos de miles de voluntarios en todo el mundo. Durante la Fase 3, algunos voluntarios reciben una vacuna COVID-19 y algunos reciben un “placebo”. Un placebo es una inyección inofensiva sin fármaco o tratamiento activo, por ejemplo, como solución salina normal.

Para saber qué tan efectiva es una vacuna para prevenir una enfermedad específica, los investigadores evalúan la tasa de eficacia de la vacuna a través de la comparación entre:

  • Cuántos voluntarios contrajeron COVID-19 después de recibir la vacuna.
  • Cuántos voluntarios contrajeron COVID-19 después de recibir placebo.

Cientos de miles de personas se han ofrecido voluntariamente para participar en diferentes ensayos en Fase 3 de COVID-19 alrededor del mundo. Algunos de estos ensayos reportaron tasas de eficacia de la vacuna superiores al 90%. Todas las vacunas COVID-19 han sido autorizadas por la Cofepris

La segunda forma en que funcionan las vacunas COVID-19 es hacer que sea menos probable que alguien se enferme gravemente, sea hospitalizado o muera si contrae el virus. Aunque ninguna vacuna es 100% efectiva, una vacuna sigue siendo la mejor manera de protegerse contra el virus. En los países donde se administran las vacunas COVID-19, las vacunas parecen haber reducido en gran medida el número de hospitalizaciones, admisiones en unidades de cuidados intensivos (UCI) y muertes. Al hacer esto, las vacunas también ayudan a reducir la carga general sobre los sistemas de salud.

Finalmente, la tercera forma en que funcionan las vacunas es reduciendo la propagación del COVID-19 en las comunidades. La evidencia sugiere que si una persona vacunada contrae el virus, es mucho menos probable que se lo transmita a otras personas en comparación con una persona no vacunada. Reducir la propagación en las comunidades ayuda a proteger a quienes no pueden vacunarse debido a su edad o problemas de salud subyacentes. También ayuda a reducir la posibilidad de que el virus mute y puede detener el desarrollo y la propagación de nuevas variantes COVID-19 (formas ligeramente cambiadas).

 

Después de aplicarme la vacuna, ¿qué tan rápido estaré protegido contra COVID-19?

Después de recibir una vacuna, el sistema inmunológico de su cuerpo necesita tiempo para aprender a detectar y combatir el virus. Esta maduración del sistema inmunológico puede variar, pero generalmente tarda pocas semanas. Cada vacuna COVID-19 autorizada o aprobada tiene diferentes velocidades respecto a la rapidez con que protege. La velocidad de respuesta puede depender de diversos factores como la posología (planes de dosificación) o la cantidad de dosis.  Para las vacunas de dos dosis, se logra cierta protección temprana después de la primera dosis.

Según los datos de los ensayos clínicos de las vacunas COVID-19 actualmente autorizadas o aprobadas, se alcanza una protección óptima a las pocas semanas de la vacunación. 

 

 

 

¿Durante cuánto tiempo me protegerá la vacuna?

Los datos actualmente disponibles sugieren que la mayoría de las personas que se recuperan de la infección por COVID-19 desarrollan una respuesta inmune que brinda cierta protección contra la reinfección (contraerla nuevamente); esto se llama inmunidad natural. Aún estamos aprendiendo qué tan efectiva puede ser esta inmunidad natural y cuánto dura.

Los investigadores han descubierto que las vacunas le dan a una persona niveles altos de anticuerpos. Las vacunas COVID-19 también parecen hacer un buen trabajo protegiendo contra variantes (formas levemente cambiadas del virus), pero para eso es importante recibir todas las dosis recomendadas de la vacuna para asegurarse de obtener la mejor protección posible.

Las autoridades sanitarias seguirán supervisando a los voluntarios del ensayo clínico durante muchos meses para comprobar cuánto tiempo están protegidos, pues posiblemente la protección de las dosis iniciales puede disminuir con el tiempo.

Si es así, es posible que se necesiten dosis de refuerzo para fortalecer al sistema inmunológico, ya que éstas podría proteger contra nuevas variantes. A partir de noviembre de 2021, algunos países han decidido recomendar el uso de dosis de refuerzo de vacunas autorizadas, especialmente para poblaciones de mayor riesgo, como mayores de 65 años, trabajadores de primera línea, inmunodeprimidos o adultos con afecciones médicas subyacentes. Si tiene inquietudes, hable con su médico o consulte los canales oficiales de la Secretaría de Salud.

¿Puedo contraer COVID-19 o transmitir el virus COVID-19 después de vacunarme?

Quizás. Ninguna de las vacunas COVID-19 probadas hasta ahora ha sido 100% efectiva para prevenir COVID-19. Por lo tanto, algunas personas que reciben la vacuna aún pueden contraer COVID-19. Sin embargo, los ensayos clínicos han demostrado que las vacunas COVID-19 reducen significativamente la probabilidad de que una persona vacunada tenga síntomas graves, sea hospitalizada o fallezca.

También hay evidencia que sugiere que si una persona vacunada contrae el virus, es mucho menos probable que se lo transmita a otras personas en comparación con una persona no vacunada. Al reducir las posibilidades de transmitir el virus, las personas vacunadas no solo se protegen a sí mismas, sino también a las personas que las rodean.

Reducir la propagación en las comunidades ayuda a proteger a quienes no pueden vacunarse debido a ciertas alergias a los ingredientes de las vacunas o un sistema inmunológico debilitado. Tener menos personas con el virus también ayuda a reducir la posibilidad de que el virus mute y se desarrollen/propaguen nuevas variantes de COVID-19.

Seguimos aprendiendo cómo es que las vacunas afectarán la propagación de COVID-19, pero sigue siendo imprescindible utilizar herramientas básicas como el lavado de manos y el distanciamiento social. Esta guía puede cambiar con el tiempo, dependiendo de las decisiones gubernamentales en ciertos países.

¿Qué tan efectivas son las vacunas COVID-19 en las personas mayores?

Durante la mayoría de los ensayos clínicos de la vacuna COVID-19, personas de diferentes edades participaron para confirmar el perfil de seguridad y la eficacia de las vacunas en los grupos de mayor edad, ya que tienen mayor riesgo de enfermedad grave y muerte por COVID-19. Las personas mayores cuya salud es extremadamente frágil y las personas mayores de 95 años no se incluyeron en los ensayos clínicos. La mayoría de los resultados de estos ensayos mostraron altos niveles de efectividad en diferentes grupos de edad, incluidos en algunos casos los mayores de 65 años.

Al tomar la decisión de vacunarse o no, los adultos mayores deben tener en cuenta que la pandemia de COVID-19 ha afectado de manera desproporcionada a esta población:

  • Tienen mayor probabilidad de requerir atención hospitalaria o de morir si contraen COVID-19, en comparación con adultos más jóvenes.
  • La probabilidad de enfermarse gravemente con COVID-19 aumenta con la edad, y los adultos mayores están en mayor riesgo.
  • El mayor riesgo de enfermedad grave por COVID-19 se encuentra entre las personas de 85 años o más.

Es por ello que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado a los adultos mayores como un grupo prioritario para recibir la vacuna. Si bien se recomienda la vacunación para las personas mayores debido al alto riesgo de COVID-19 grave y muerte, las personas mayores muy frágiles con una esperanza de vida prevista de menos de 3 meses deben evaluarse individualmente.

Si tiene dudas, pregunte a su médico..

¿Qué tan efectivas son las vacunas COVID-19 en personas con enfermedades crónicas o sistemas inmunológicos debilitados?

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), las personas con problemas médicos subyacentes como presión arterial alta, problemas cardíacos y pulmonares, diabetes, obesidad o cáncer, tienen mayor riesgo de enfermarse gravemente por COVID-19.

Los ensayos clínicos están diseñados para evaluar a todas las razas, géneros y de diferentes edades, así como a personas con condiciones de salud subyacentes bien controladas, como diabetes o enfermedades cardíacas. Sin embargo, al igual que con otras vacunas, los ensayos clínicos de las vacunas COVID-19 no incluyen a personas con un sistema inmunológico debilitado, como las que reciben quimioterapia o tratamiento de la médula ósea. A medida que el uso de las vacunas COVID-19 se generalice, se seguirán recopilando, analizando y reportando los datos de seguridad y eficacia para todas las poblaciones, incluyendo a las personas con afecciones que inhiben su respuesta inmunitaria.

Aunque la vacuna COVID-19 podría brindar un menor nivel de protección en las personas inmunodeprimidas en comparación con el resto de la población, aún es muy importante vacunarse, así como continuar lavándose las manos, mantener el distanciamiento social y usar un cubre bocas, después de recibir una vacuna.

Algunos tipos de vacunas COVID-19 pueden ser más adecuados que otros para personas con sistemas inmunitarios debilitados. Si tiene dudas, pregunte a su médico.

¿Las vacunas COVID-19 pueden proteger a las personas contra el virus si ha mutado o cambiado?

Los investigadores continúan recopilando y analizando datos sobre nuevas variantes del virus COVID-19. La Organización Mundial de la Salud (OMS) está trabajando con investigadores, funcionarios de salud y científicos para comprender cómo estas variantes afectan el comportamiento del virus. También están trabajando para comprender cómo, en todo caso, estas variantes impactan en el buen funcionamiento de las vacunas.

Los virus a menudo cambian o mutan. Una mutación es cuando cambia el material genético del virus. Cuando un virus se propaga ampliamente en una comunidad, es más probable que mute. Es por eso que vacunar a tantas personas como sea posible para detener la propagación es la mejor manera de protegerse contra las nuevas variantes de COVID-19.

Las mutaciones ocurren a diferentes velocidades en diferentes virus. Las nuevas variantes de un virus pueden propagarse más o menos fácilmente y pueden causar más o menos enfermedades que la cepa original del virus. La mayoría de las mutaciones virales tienen poco o ningún impacto en la capacidad del virus para causar infecciones y enfermedades y no siempre afectan la eficacia de una vacuna contra un virus.

Mientras tanto, la comunidad científica y las autoridades sanitarias están observando de cerca:

  • Cómo cambia el SARS-CoV-2 (el virus que causa COVID-19) con el tiempo.
  • Qué tanto pueden proteger las vacunas COVID-19 contra las nuevas variantes.

Dadas las mutaciones recientes con el virus SARS-CoV-2, los fabricantes de vacunas también están comenzando a investigar vacunas contra estas nuevas variantes preocupantes, en caso de que se necesite una vacuna adaptada o un refuerzo.

Las vacunas contra algunos virus siguen funcionando durante muchos años después de su desarrollo y brindan una protección duradera. Estos incluyen vacunas contra el sarampión y la rubéola. Las vacunas contra otros virus como la gripe deben actualizarse todos los años para que sigan funcionando. Esto se debe a que el virus de la gripe muta con frecuencia y con grandes cambios, con nuevas versiones que aparecen cada temporada de gripe.

Mientras aprendemos más sobre COVID-19, debemos hacer todo lo posible para detener la propagación del virus y prevenir mutaciones que pueden afectar la eficacia de las vacunas con el tiempo. Cuantas más personas se vacunen, menos probable es que las personas se enfermen por COVID19. Esto ayuda a ralentizar la propagación del virus y evitar que se desarrollen variantes más peligrosas.

¿Qué son las vacunas y cómo funcionan las vacunas contra la Covid-19?

¿Qué son las vacunas y cómo funcionan?

Las vacunas son productos biológicos, usualmente inyectables, que protegen a su organismo de ciertas infecciones.

Las vacunas preparan su sistema inmunológico para proteger a su cuerpo de los patógenos que causan infecciones extrañas, como bacterias, virus, parásitos u hongos. El sistema inmunológico es el sistema de células y tejidos que protege a su cuerpo de infecciones.

Las vacunas ayudan a su sistema inmunológico a “aprender” sobre un patógeno y a crear una defensa que lo protegerá de infectarse en el futuro del mismo patógeno.

Las vacunas existen desde hace más de 100 años. Se considera que son uno de los mayores logros de la medicina moderna y, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), solo superado por el agua potable en el impacto en la salud humana a nivel mundial. LA OMS estima que actualmente las vacunas salvan alrededor de 2 a 3 millones de vidas cada año en todo el mundo.

¿Cómo funcionan las vacunas COVID-19?

Las vacunas COVID-19 enseñan a su sistema inmunológico a defenderse contra el SARS-CoV-2, el coronavirus que causa la enfermedad COVID-19.

Todas las vacunas COVID-19 contienen antígenos o un modelo para producir antígenos en el organismo. Los antígenos son parte de un patógeno que hace que su sistema inmunológico lance una respuesta para combatir una infección. Los antígenos (o el modelo genético para producirlos) en la vacuna ayudan a su sistema inmunológico a producir anticuerpos (sustancias que protegen su cuerpo contra infecciones) para protegerlo contra COVID-19 en el futuro.

¿Cuáles son los diferentes tipos de vacunas COVID-19?

Se han autorizado diversas vacunas COVID-19 para ser aplicadas o se encuentran en ensayos clínicos de Fase 3. La OMS tiene un sistema útil de rastreo de todas las posibles vacunas COVID-19 que se están evaluando actualmente en ensayos clínicos.

Las vacunas COVID-19 pueden contener:

  • Componentes atenuados o inactivos de cierto antígeno que desencadenan una respuesta inmune dentro de su organismo.
  • Un modelo para producir un antígeno en lugar del antígeno en sí.

Los tipos más comunes de vacunas COVID-19 se pueden dividir en cuatro grandes grupos:

  • Vacunas de ARNm (ácido nucleico)
  • Vacunas de subunidades proteicas o de proteínas recombinantes
  • Vacunas de vectores virales no replicantes
  • Vacunas a partir del virus íntegro, inactivado o atenuado

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Conozca más sobre los diferentes tipos de vacunas COVID-19 y qué vacunas COVID-19 han sido autorizadas o aprobadas en México.

¿Qué son las vacunas de ARNm de COVID-19?

Este tipo de vacuna contiene una porción del código genético (ARN) del virus SARS-CoV-2 que causa la infección por COVID-19. Este código genético o ARN sirve como “modelo” para un antígeno de interés. En este caso, las vacunas de ARNm le indican a las células de su cuerpo que produzcan una parte inofensiva del virus, la “proteína del pico”. La proteína del pico se encuentra en la superficie del virus SARS-CoV-2.

Entonces, su sistema inmunológico produce anticuerpos en respuesta a esta proteína del pico. También crea una memoria para esta respuesta de defensa, por lo que su organismo puede reconocer y combatir más fácilmente el virus SARS-CoV-2 si está expuesto a él en el futuro.

Las vacunas de ARNm COVID-19 utilizan un nuevo método a diferencia de las vacunas convencionales. Sin embargo, los investigadores han estado estudiando y trabajando con vacunas de ARNm durante décadas. Por ejemplo, las vacunas de ARNm se han estudiado anteriormente en ensayos clínicos con miles de personas para la gripe, el Zika, la rabia y el citomegalovirus (CMV), y también se están desarrollando medicamentos a base de ARNm.

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Conozca más sobre las vacunas COVID-19 candidatas que se estudian actualmente en ensayos clínicos y qué vacunas COVID-19 han sido autorizadas o aprobadas en México.

¿Qué son las vacunas de subunidades proteicas COVID-19?

Este tipo de vacuna contiene fragmentos purificados (no el virus completo) de proteína del virus SARS-CoV-2, que su sistema inmunológico reconoce como extraña y responde creando anticuerpos. Su sistema inmunológico desarrolla una memoria de respuesta, por lo que su cuerpo puede reconocer y combatir más fácilmente el virus SARS-CoV-2 si está expuesto a él en el futuro.

Por ejemplo, las vacunas de subunidades proteicas también se han utilizado para desarrollar la vacuna contra la hepatitis B y otras vacunas que actualmente se utilizan de manera habitual.

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Conozca más sobre las vacunas COVID-19 candidatas que se estudian actualmente en ensayos clínicos y qué vacunas COVID-19 han sido autorizadas o aprobadas en México.

¿Qué son las vacunas de vectores virales no replicantes de COVID-19?

Este tipo de vacuna utiliza un virus inocuo no relacionado (llamado vector viral) para transportar material genético del SARS-CoV-2 o “modelo” para el antígeno en el cuerpo. El vector viral inofensivo ha sido modificado, por lo que no puede replicarse ni causar ninguna infección, sino que es simplemente una forma de administrar el antígeno al cuerpo. Cuando le aplican este tipo de vacuna, las células de su organismo utilizan este material genético dentro del vector para producir la “proteína del pico” del virus SARS-CoV-2, sin causar una infección. Su sistema inmunológico luego detecta la proteína como extraña y responde creando anticuerpos. Su sistema inmunológico también desarrolla una memoria para esta respuesta, por lo que su cuerpo puede reconocer y combatir más fácilmente el virus SARS-CoV-2 si está expuesto a él en el futuro.

Las vacunas de vectores virales no replicantes se han estudiado ampliamente para diversas enfermedades (por ejemplo, gripe, SARS, MERS), y también se utilizaron para desarrollar una vacuna contra el ébola y actualmente se usan en varias vacunas en desarrollo.

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Conozca más sobre las vacunas COVID-19 candidatas que se estudian actualmente en ensayos clínicos y qué vacunas COVID-19 han sido autorizadas o aprobadas en México.

¿Qué son las vacunas de virus íntegro de COVID-19?

Las vacunas de virus completo utilizan una forma inactivada o debilitada (atenuada) del virus para desencadenar una respuesta inmunitaria. Estos tipos de vacunas son muy conocidos y utilizan el enfoque más estándar para desarrollar vacunas.

En el caso de las vacunas inactivadas, los científicos desactivan el material genético del virus SARS-CoV-2 mediante el uso de calor, sustancias químicas o radiación (alta energía). Esto significa que el material genético del virus está debilitado y no puede hacer copias, pero aún puede desencadenar una respuesta inmune.

Su sistema inmunológico identifica y responde al virus inactivado desarrollando anticuerpos, sin causar la enfermedad COVID-19. Su sistema inmunológico también desarrolla una memoria de respuesta, por lo que su organismo puede reconocer y combatir más fácilmente el virus SARS-CoV-2 si está expuesto a él en el futuro. Algunos ejemplos de vacunas con virus inactivados son las vacunas contra la gripe estacional, la hepatitis A, la poliomielitis y la rabia.

En el caso de las vacunas atenuadas, el virus se debilita y solo hace copias muy lentamente, por lo que el sistema inmunológico tiene más tiempo de lo normal para combatir la infección. Algunos ejemplos de vacunas con virus inactivados incluyen las vacunas contra el sarampión, las paperas, la rubéola y la varicela.

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Conozca más sobre las vacunas COVID-19 candidatas que se estudian actualmente en ensayos clínicos y qué vacunas COVID-19 han sido autorizadas o aprobadas en México.

¿Qué contienen las vacunas COVID-19?

Muchos de los ingredientes de las vacunas se encuentran naturalmente en el cuerpo humano o en los alimentos. Por ejemplo, el agua esterilizada es uno de los ingredientes principales de muchas vacunas.

El ingrediente principal en todas las vacunas es un componente activo (el antígeno) o un modelo para fabricar el componente activo. El antígeno puede ser una pequeña porción del organismo causante de la enfermedad, como una proteína o azúcar, o puede ser el organismo completo en una forma debilitada o inactiva. Esto hace que su cuerpo detecte el antígeno como extraño y desencadena una respuesta inmune al enseñar a su sistema inmunológico a combatir el virus en el futuro.

La composición exacta de cada vacuna COVID-19 depende del tipo de vacuna y no todas las vacunas COVID-19 contienen los siguientes componentes. Otros ingredientes diseñados para ayudar a que las vacunas se mantengan seguras y efectivas podrían incluir:

  • Estabilizadores: Ayudan a que la vacuna no se modifique cuando se expone al calor, la luz, la acidez o la humedad. Por ejemplo, el azúcar se usa para proteger la vacuna de ARNm durante el congelamiento.
  • Adyuvantes: Son sustancias que crean una respuesta inmunitaria más fuerte a la vacuna. Son muy útiles para las vacunas que se administran a las personas mayores, que tienden a tener respuestas inmunitarias más bajas a las vacunas.
  • Conservadores: Evitan que la vacuna se contamine una vez que se abre el vial. Por ejemplo, el 2-fenoxietanol es un conservador de uso común y también se usa en una variedad de productos para el cuidado del bebé.
  • Surfactantes: Mantienen mezclados todos los ingredientes de la vacuna y también se utilizan a menudo en alimentos como los helados.

Las vacunas pueden contener cantidades muy pequeñas de algunos de las substancias enumerados anteriormente. Por lo general, su cuerpo o sus alimentos contienen cantidades mayores de muchos de estos ingredientes que las usadas en una vacuna.

Todos los ingredientes de las vacunas son probados y evaluados minuciosamente por autoridades reguladoras independientes que detectan cualquier problema de seguridad.

Para obtener una lista completa de los ingredientes de cada vacuna, consulte el Folleto de información para el paciente (PIL, por sus siglas en inglés) o la hoja de Resumen de características del producto (SPC, por sus siglas en inglés) de cada vacuna. También puede encontrar la información de estos ingredientes en los sitios web de los fabricantes de las vacunas.

¿Por qué es necesario conservar en frío las vacunas COVID-19?

Cuando una vacuna está demasiado caliente o demasiado fría, puede perder eficacia o incluso quedar inactiva. Si se almacenan a la temperatura incorrecta, las vacunas pueden quedar inservibles o ser inseguras para su uso. La mayoría de las vacunas requieren almacenamiento refrigerado entre 2° y 8°C. Otras requieren temperaturas muy bajas como -20°C. En el caso de las vacunas más nuevas, algunas deben mantenerse a temperatura ultrafría, -70°C.

¿Cómo puedo estar seguro de la calidad de las vacunas COVID-19?

Una vacuna solo está autorizada o aprobada para uso público después de que todos los datos clínicos y científicos de los ensayos clínicos hayan sido revisados por las autoridades de salud. Una vez autorizadas o aprobadas para uso público, las vacunas se monitorean continuamente para verificar su seguridad y que funcionen correctamente en diferentes grupos de personas con el paso del tiempo. Las autoridades de salud también controlan los efectos secundarios que solo pueden manifestarse a largo plazo.

Las vacunas son productos biológicos complejos. Se necesitan personas altamente capacitadas, suministros e instalaciones especializadas e ingredientes de calidad. También deben someterse a estrictas medidas de seguridad y control de calidad.

Los fabricantes de vacunas también deben seguir estrictos procedimientos de control de calidad de manera continua en las plantas donde se elaboran las vacunas. Cada etapa del proceso de fabricación requiere pasos de control de calidad y algunas vacunas llegan a tener hasta 450 controles de calidad en cada etapa. Cualquier posible problema en cualquier punto del proceso podría provocar que se desechara todo el lote.

El control de calidad puede requerir hasta el 70% del tiempo total de fabricación. La calidad se vigila rigurosamente, lote por lote, de acuerdo con los estándares de prácticas de fabricación que son establecidos y controlados por las autoridades de salud.

¿Quién debería recibir la vacuna contra COVID-19?

¿Por qué debo ponerme la vacuna contra COVID-19?

Las vacunas no son la única forma de detener el virus, pero son nuestra mejor oportunidad de volver a la normalidad. La actual pandemia de COVID-19 es una crisis mundial, con devastadores impactos sanitarios, sociales y económicos. Las vacunas COVID-19 son una solución a largo plazo para combatir el virus.

Cuantas más personas reciban las vacunas COVID-19, más éxito tendremos en:

  • Ayudar a detener la propagación del virus y protegiendo a nuestras comunidades, especialmente de variantes de preocupación.
  • Reducir la cantidad de hospitalizaciones y fallecimientos relacionados con COVID-19 y ayudar a proteger nuestros sistemas de salud.
  • Permitiendo que las personas y las empresas vuelvan a la noramilidad.

La experiencia nos ha mostrado que las vacunas son muy importantes para la salud pública y aportan un gran valor a la sociedad. La OMS estima que las vacunas salvan actualmente entre 2 y 3 millones de vidas cada año en todo el mundo.

¿Quién debe recibir la vacuna COVID-19 primero?

A nivel nacional, son los funcionarios públicos y los expertos en ciencia quienes deciden qué grupos deben recibir las vacunas primero. Mientras tanto, Organización Mundial de la Salud (OMS) y las autoridades sanitarias de diferentes países han recomendado priorizar los siguientes grupos:

  • Personas que tienen una mayor probabilidad de exposición al virus.
  • Personas que tienen mayor riesgo de progresar a una condición grave por COVID-19.

Asimismo, el objetivo es disponer de dosis suficientes para proteger a las personas consideradas de mayor riesgo, como por ejemplo:

  • Trabajadores del sector salud.
  • Personas con problemas de salud subyacentes.
  • Personas mayores de 60 años.

Hay que mencionar que se está trabajando para garantizar que las personas de todos los países, independientemente de sus ingresos, tengan acceso justo a las vacunas COVID-19.

Aquí puedes leer la Política Nacional de Vacunación de México. 

¿Es necesario que me vacune si ya tuve COVID-19 y me recuperé?

Es recomendable que se vacune incluso si ya tuvo COVID-19. Los científicos aún no han descubierto cuánto tiempo dura protección natural por COVID-19.

Algunos estudios preliminares sugieren que la inmunidad después de una infección natural puede desaparecer más rápidamente en ciertas personas, especialmente si tuvo síntomas leves o fue asintomático.

Los datos actualmente disponibles sugieren que una reinfección sintomática dentro de los 6 meses posteriores a una infección inicial es rara. Por lo tanto, las personas que ya han tenido COVID-19 pueden optar por retrasar la vacunación hasta cerca del final de este período. Cuando se disponga de más datos sobre la duración de la inmunidad después de una infección natural, se puede volver a revisar la duración de este período de tiempo.

Si aún tiene dudas al respecto, consulte a su médico.

Tengo menos posibilidades de progresar a una condición grave por COVID-19. ¿Me debo vacunar?

Cualquiera, a cualquier edad, puede enfermarse con COVID-19 y enfermarse gravemente o morir. COVID-19 puede causar problemas de salud graves, a largo plazo o potencialmente mortales, y no hay forma de saber cómo le afectará. Además, si contrae el virus, puede contagiarlo a amigos, familiares y otras personas a su alrededor.

Los adultos más jóvenes tienen menos probabilidades de ser hospitalizados o morir a causa del COVID-19 que los adultos mayores, pero sucede. También pueden presentar síntomas graves y duraderos, especialmente si tienen problemas de salud subyacentes. Por eso, las autoridades sanitarias están ofreciendo la vacuna a adultos más jóvenes y adolescentes en países donde ya se han vacunado los grupos de mayor riesgo.

Las vacunas también pueden ayudar a prevenir la propagación del virus. Muchos adultos jóvenes trabajan en áreas donde tienen una alta probabilidad de estar expuestos al COVID-19, como bares y restaurantes, escuelas, guarderías y tiendas minoristas. Por su parte, los estudiantes universitarios pueden verse afectados por los brotes en el campus y propagar el virus cuando regresen a casa.

Es fundamental romper las cadenas de transmisión dentro de la comunidad y limitar la propagación. Al vacunarse, los adultos más jóvenes pueden ayudar a proteger a las personas que quizás no puedan vacunarse.

En los países donde el suministro de vacunas es bajo, las autoridades de salud pública continúan dando prioridad a las personas con mayor riesgo de exposición al COVID-19 y enfermedades graves a causa de él, para que se vacunen primero. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las personas con alto riesgo incluyen:

  • Personas mayores de 60 años.
  • Personas con una alta probabilidad de progresar a una condición grave por COVID-19, incluidas aquellas con problemas médicos a largo plazo como presión arterial alta, problemas cardíacos y pulmonares, diabetes, obesidad o cáncer.

¿Debo vacunarse si estoy embarazada?

Con base en los datos que tenemos actualmente, no hay nada que indique que los riesgos superen los beneficios de la vacunación en mujeres embarazadas. Por esta razón, las mujeres embarazadas con alto riesgo de exposición al SARS-CoV-2 (por ejemplo, trabajadores de la salud) o que tienen comorbilidades que aumentan su riesgo de enfermedad grave, pueden vacunarse si su médico así lo permite o recomienda.

Tanto los fabricantes de vacunas como las agencias regulatorias de todo el mundo están rastreando cuidadosamente las reacciones tanto de las mujeres embarazadas que participaron en ensayos clínicos, como de las mujeres embarazadas que ya se aplicaron la vacuna. 

Si estás embarazada y tienes inquietudes al respecto, consulta a tu médico.

¿Quiénes NO deben vacunarse contra COVID-19?

La mayoría de las personas podrán recibir la vacuna COVID-19 cuando sea el momento de que su grupo de edad la reciba. Sin embargo, actualmente no existe ninguna vacuna COVID-19 autorizada o aprobada para niños menores de 12 años y algunas de las vacunas COVID-19 solo están autorizadas o aprobadas para adultos mayores de 16 o 18 años. Algunos fabricantes de vacunas están estudiando actualmente la vacuna en poblaciones más jóvenes, por lo que las recomendaciones basadas en la edad pueden cambiar en el futuro.

Si has tenido una reacción alérgica grave en el pasado a medicamentos, vacunas o alimentos, debes consultar a tu médico antes de recibir la vacuna COVID-19 para analizar los potenciales riesgos y beneficios de aplicarte la vacuna.

¿Tengo que ponerme la vacuna contra COVID-19?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) no predice que la vacuna COVID-19 sea un requisito obligatorio, pues tienen la esperanza de que las campañas de salud y la vacunación de los grupos de riesgo, como los trabajadores de hospitales y los adultos mayores, funcionen para alentar a otras personas a vacunarse.

Sin embargo, puede haber algunos países o ciertas situaciones en países donde las organizaciones profesionales pueden requerir o recomendar encarecidamente que algunas personas se vacunen.

Si tienes dudas al respecto, consulta a tu médico.

¿Los niños deben ser vacunados contra COVID-19?

Actualmente, no se puede administrar ninguna vacuna COVID-19 autorizada o aprobada a niños menores de 5 años, y las recomendaciones de edad pueden variar según el país con ciertas vacunas COVID-19 autorizadas o aprobadas para personas mayores de 5, 12, 16 o más. Algunos fabricantes de vacunas están estudiando actualmente la vacuna en poblaciones más jóvenes, por lo que las recomendaciones basadas en la edad pueden cambiar en el futuro. Si tiene inquietudes, hable con su médico y consulte los canales oficiales de la Secretaría de Salud.

¿Dónde puedo vacunarme o conseguir la vacuna contra COVID-19?

Si deseas vacunarte contra COVID-19, primero debes conocer más sobre la Política Nacional de Vacunación de México. Al igual que con todos los demás medicamentos y vacunas, existen estrictas pautas gubernamentales en cada país sobre quién puede distribuir y administrar las vacunas COVID-19.

Todas las vacunas COVID-19 autorizadas o aprobadas son soluciones que deben inyectarse con una jeringa después de haber sido cuidadosamente preparadas por un profesional médico y almacenadas/ transportadas en condiciones especiales.

Con los suministros de vacunas COVID-19 limitados y priorizados para ciertas personas en riesgo, debes tener en cuenta que, lamentablemente, se venden vacunas COVID-19 falsas en Internet. Estos productos fraudulentos no contienen ingredientes activos y, por lo tanto, son ineficaces o contienen ingredientes o sustancias peligrosas que pueden poner en peligro la salud de las personas.

Si tienes inquietudes, consulta a tu médico o la Cofepris, la agencia regulatoria local.

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