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En 2010, Kathleen O’Reilly, profesora asistente de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, presentó ante la OMS un modelo estadístico para predecir qué países de África tenían más riesgo de sufrir un brote de poliomielitis. A más de diez años, la epidemióloga especialista en el uso de modelos estadísticos y matemáticos asegura que, si bien mejores métodos estadísticos no resolverán todos los problemas de la erradicación de la poliomielitis, sí ofrecen esperanzas para el futuro.

En este texto, O’Reilly destaca la importancia de tener formas efectivas de monitorear y mapear el riesgo en tiempo real para poner en marcha intervenciones específicas. Luego del primer mapeo que presentó, la investigadora señala que el proceso ha evolucionado y ha permitido mejorar la vigilancia del poliovirus en África a través de la incorporación de procesos metodológicos como: el procesamiento automatizado de datos; la disponibilidad de datos en tiempo real, lo que ha mejorado las estimaciones de riesgo; y la elaboración de pronósticos de riesgo con hasta seis meses de anticipación.

Si bien los casos de poliomielitis se han reducido en un 99,9% desde 1988, y en México el último caso se presentó en Tomatlán, Jalisco, en 1990, la enfermedad sigue representando un problema de salud pública en tanto haya un caso activo en algún lugar del mundo. Junto con los datos y los modelos estadísticos, los esfuerzos de vacunación sistemática son fundamentales si queremos alcanzar un mundo sin poliomielitis. Es urgente invertir en la vacunación infantil y garantizar que se atienda a todos los niños y niñas.

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