Sabemos que el acceso a atención médica de calidad juega un papel fundamental para que una persona tenga una vida larga, saludable y de calidad, pero lo que sucede fuera del entorno de atención médica es igual o más importante.
Nos referimos a los Determinantes Sociales de la Salud, que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) se refieren a “las circunstancias en que las personas nacen, crecen, trabajan, viven y envejecen”, incluyendo las fuerzas y sistemas (políticas, económicas, programas de desarrollo, normas y sistemas sociales) que influyen sobre las condiciones de la vida cotidiana.
En Hora de actuar: invertir en abordar los determinantes sociales para mejorar la salud, World Economic Forum destaca que dichos factores no médicos que dan forma a las condiciones de vida diaria de las personas influyen hasta en un 70 por ciento en los resultados de salud. Asimismo, comparte estudios de caso que pueden servir de ejemplo para que desde el sector privado se invierta en iniciativas que tengan en cuenta los determinantes sociales y generen valor en el individuo, la comunidad y los sistemas de salud.
Algunos de estos ejemplos incluyen a:
- Cities Changing Diabetes, que ayuda a más de 200 millones de personas en más de 40 ciudades para prevenir y controlar la diabetes tipo 2
- Kaiser Permanente, una de las organizaciones sin fines de lucro más grandes de Estados Unidos que brinda atención a población sin hogar a través de su programa Vivienda para la Salud.
- Hologic, creadora de la Iniciativa de Acceso Global (GAI) para hacer que las pruebas de carga viral de VIH sean asequibles, simples y fáciles de usar en países de ingresos medianos y bajos.
Para que iniciativas como estas tengan un impacto significativo y medible, el documento señala la importancia de entender las necesidades de la población de enfoque, así como las brechas que hay; también hay que generar asociaciones con otros actores que puedan aportar una visión, objetivos y compromisos con la comunidad.
Al mismo tiempo, se requiere de un plan y su implementación con evaluaciones constantes y metas escalables, pues contar con datos y análisis sobre qué acciones e inversiones pueden tener mayor impacto ayudará a que las iniciativas sean exitosas y replicables.
Con las disparidades de salud que existen y que crecen, muchas de ellas luego de la pandemia por covid-19, es momento de que todos los sectores contribuyan a mejorar las condiciones que influyen en los resultados de salud de las personas. Porque ya hemos sido testigos de que, sin salud, no tenemos nada, es hora de colaborar y actuar.