La pandemia que seguimos atravesando a nivel mundial ha puesto de relieve el enorme papel que juegan las determinantes sociales en la salud de las personas, es decir, las condiciones en las que nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen, incluido el sistema de salud al que acceden.
A lo largo del siglo XX, surgieron más pruebas sobre el fuerte vínculo entre las determinantes sociales y su impacto en la enfermedad y, en 2008, culminaron en el informe de la Comisión de Determinantes Sociales de la Salud de la OMS, que incluyó un llamado a reconocer su importancia en el abordaje de las desigualdades en salud.
Sin embargo, a más de una década desde que se hizo este llamado, la crisis por covid-19 ha mostrado los pocos avances logrados en el abordaje de enfermedades crónicas como la diabetes, que afecta a cerca de 463 millones de adultos y cuyo riesgo para las personas de desarrollarla, así como los resultados de manejo y control, están estrechamente relacionados con las determinantes sociales de la salud.
En este texto, Nature destaca la importancia de mirar a la diabetes con lupa social y comparte una clasificación de las determinantes sociales de la diabetes en cinco dominios: nivel socioeconómico, lugar de residencia y entorno físico, entorno alimentario, cuidado de la salud y contexto social.
Estos ejes abarcan aspectos de la vida de las personas que influyen en su riesgo de desarrollar diabetes, pero que ocurren fuera de los sistemas de salud. También, buscan ofrecer más herramientas para entender las disparidades entre las personas socialmente vulnerables, sobre todo cuando vemos que tres de cada cuatro personas con diabetes viven en países de bajo y mediano ingreso.
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En México: se estima que más de 12 millones de personas viven con diabetes, y la cifra aumentará a más de 17 millones para 2030. Es, también, una de las principales causas de muerte en México. Solo en 2019, se registraron más de 89 mil muertes. Estos números cobran especial relevancia en el contexto de la pandemia, donde las personas con enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión o sobrepeso, tenían casi dos veces más probabilidades de desarrollar covid-19 grave.