La cobertura universal de salud y el acceso universal a la salud significan que todas las personas y las comunidades puedan utilizar servicios de salud integrales y de calidad en el momento que lo necesiten a lo largo del curso de vida.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el cumplimiento de ambas máximas es clave para garantizar un sistema de salud equitativo y eficiente. La cobertura necesita que los mecanismos de financiamiento y organización de los servicios sean suficientes para cubrir a toda la población, mientras que el acceso supone abordar los determinantes sociales y medioambientales de la salud para que las personas alcancen su máximo potencial.
La misma OMS también apunta que los países que más han avanzado hacia la cobertura universal de salud invierten 6% o más de su PIB a salud, sin embargo, nuestro país solo ha destinado entre 2.5 % y 2.9% del PIB anual, entre 2010 y 2022.
En el informe Gasto en salud y Objetivos de Desarrollo Sostenible, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), nos comparte un análisis del panorama presupuestario bajo el que se presenta la pandemia por covid-19, la forma en que se ejercieron los recursos para el sector salud y una visión de largo plazo sobre nuestro presupuesto en salud y los ODS.
Los hallazgos del informe muestran que:
- El presupuesto para salud mantiene la brecha histórica de más de tres puntos del PIB
- En el contexto de la pandemia, el rezago presupuestal ha impactado la capacidad de respuesta del sector salud
- En 2018, 68.9% del presupuesto para salud se vinculaba con el ODS 3: Salud y bienestar, sin embargo, para 2022 bajó a 66.3%.
- Aunque una de las metas del ODS 3 se relaciona con la atención de enfermedades no transmisibles, no se prioriza ni se incrementa el presupuesto encaminado a la atención de enfermedades de alta especialidad y tercer nivel de atención
- La población que presenta carencia por acceso a los servicios de salud pasó de 16.2% en 2018 a 28.2% en 2022. Aunado a ello, 15.1% de la población con afiliación debe pagar por los servicios de salud y 7.2% tarda más de dos horas en llegar a un hospital.
Estas y otras cifras del informe muestran un panorama que dificulta el logro del ODS 3 y que, a su vez, impacta en el logro de las metas de otros Objetivos conectados con el de salud.
Es necesario asignar más recursos a un sector tan prioritario como el de salud, pero también es necesario que esos recursos sean sostenibles y que se utilicen mejor. Ya vivimos una pandemia (y no será la última) con grandes impactos en la salud y la vida de las personas, y estamos atravesando una transición epidemiológica que nos obliga a replantear las estrategias de atención a la salud y a construir un sistema de salud sostenible y resiliente. No hay tiempo que perder.
Les invitamos a consultar el informe completo del CIEP en este enlace.