Las enfermedades no transmisibles (ENT) como el cáncer, la diabetes o las enfermedades cardiovasculares afectan de manera desproporcionada la salud y la vida de millones de personas. Se estima que cobran la vida de 41 millones de personas a nivel mundial, y cada año 17 millones de personas mueren por una ENT antes de los 70 años.
Para contribuir al tratamiento de estas enfermedades que suponen una carga enorme a los sistemas de salud y a la economía de las y los pacientes, la industria biofarmacéutica sigue investigando y desarrollando tratamientos novedosos que aborden estas condiciones.
El informe más reciente de PhRMA, Medicines in Development 2022 Report: Chronic Diseases, ofrece detalles sobre los casi 800 medicamentos en desarrollo (y que se encuentran en ensayos clínicos o en espera de revisión por parte de la Administración de Drogas y Alimentos de EE.UU., FDA) para enfermedades crónicas como cáncer, Alzheimer, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 1 y tipo 2, artritis, enfermedades crónicas respiratorias y obesidad, entre otras.
- 322 para el cáncer, incluido el cáncer de mama, de ovario, de próstata, cáncer pediátrico y formas crónicas de leucemia y linfoma.
- 102 para enfermedades cardiovasculares, incluida la insuficiencia cardíaca congestiva, enfermedad de las arterias coronarias, colesterol alto, hipertensión y accidentes cerebrovasculares.
- 83 para la enfermedad de Alzheimer, la forma más común de demencia.
- 71 para diabetes tipo 1 y tipo 2
- 70 para artritis, incluida la artritis psoriásica, reumatoide y la gota.
- 67 para enfermedades respiratorias crónicas como el asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la fibrosis pulmonar.
Sabemos que el manejo efectivo de una enfermedad crónica puede ayudar a mejorar la calidad de vida de los pacientes, al tiempo que se logran reducciones sustanciales en los costos de salud al evitar cuidados e intervenciones innecesarias. Por ello, debemos insistir en colaborar para armar el rompecabezas completo: revisiones médicas regulares una vez que se ha diagnosticado la enfermedad, atención coordinada para pacientes con condiciones de salud múltiples, educación para el paciente y el acceso efectivo a medicamentos.
El informe también destaca la importancia de trabajar en acciones de prevención de enfermedades crónicas, garantizar la equidad en salud, analizar los determinantes sociales de la salud, aprovechar las herramientas de salud digital y mejorar la diversidad de los ensayos clínicos, todo como vías paralelas para mejorar el pronóstico de salud de las y los pacientes.
El informe completo se encuentra en este enlace.
