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Las personas de la comunidad LGBTQ+ enfrentan desafíos y barreras para acceder a los servicios de salud que necesitan y, como resultado, pueden experimentar peores resultados de salud.

Estos desafíos van desde el estigma, la discriminación, la violencia y el rechazo de las familias, hasta la desigualdad en el lugar de trabajo, la provisión deficiente o la negación total de la atención en salud debido a la condición sexual, la orientación o la identidad de género. Sumado a ello, la falta de datos sobre sus necesidades de salud aumenta el riesgo de que reciban una atención de salud dispar y frena estrategias para mejorar su salud y su calidad de vida.

Una encuesta realizada entre los miembros de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO) y la Sociedad Europea de Oncología Pediátrica (SIOP Europe) para conocer las actitudes y el conocimiento de las y los oncólogos sobre las personas LGBTQ+ con cáncer, reveló que hasta tres de cada cuatro oncólogos se consideran mal informados sobre problemas de salud y necesidades psicosociales de esta población.

Asimismo, de los 672 encuestados el 75% consideró importante conocer la identidad de género percibida por el paciente, así como su sexo al nacer (78%). Sin embargo, la mayoría de los médicos no preguntan sobre la orientación sexual y la identidad de género en la primera consulta (64% y 58%, respectivamente). Por otro lado, el 73% de los especialistas se dijeron interesados en recibir educación adicional en esta área.

Los resultados se suman a los esfuerzos hechos en otras encuestas similares en EUA y Reino Unido, donde los especialistas también reconocen tener un conocimiento limitado sobre los factores de riesgo únicos y las necesidades de la comunidad LGBTQ+, pero también un gran interés en recibir educación al respecto.

Pero, para aumentar los esfuerzos de educación, primero hay que afrontar el reto de los datos. De acuerdo con Liz Margolies, fundadora de la Red Nacional de Cáncer LGBT en EUA, la investigación sobre la incidencia y la atención del cáncer, así como de las necesidades psicosociales de la población LGBTQ+ es limitada, ya que no se recopilan de manera sistemática los datos de orientación sexual e identidad de género en los registros nacionales de cáncer o en los formularios de ingresos hospitalarios.

Al respecto, el estudio EQUALITY, desarrollado por la Universidad Johns Hopkins y la Universidad de Harvard, busca reunir elementos para cambiar la forma en la que los proveedores de atención médica recopilan información sobre las y los pacientes.

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