La comunidad LGBTQ+ –siglas de las palabras lesbiana, gay, bisexual, transexual y queer, con un signo de más añadido al final para englobar a los colectivos no incluidos en esas siglas– en México abarca a por lo menos 2 millones 700 mil personas, un 3% de la población nacional. Tal es el número de individuos que, según la Encuesta Nacional sobre Discriminación 2017, declaran no ser heterosexuales. La cifra podría ser mayor, toda vez que los prejuicios que persisten en la sociedad llevan a mucha gente a no identificarse abiertamente como parte de la comunidad LGBTQ+. Pese a su presencia en la sociedad, esta comunidad es y ha sido continuamente discriminada e invisibilizada en distintos aspectos de la vida cotidiana, incluyendo, crucialmente, el acceso a los servicios de salud.
El activismo de esta comunidad en busca de una mayor inclusión y de un pleno goce de derechos no es nuevo. La conciencia sobre este tema crece día con día, pero se requieren acciones decididas de parte de instituciones públicas, empresas y de la sociedad en general para romper estas barreras. Un primer paso es abrir la conversación.
Sobre esto charlamos con Adaliz Chavero, directora de relaciones gubernamentales de Gilead México y Francisco Robledo, director de ADIL, Diversidad e Inclusión Laboral