La Organización Mundial de la Salud registra más de 17 mil casos nuevos de sarampión a nivel mundial, entre enero y febrero de 2022, lo que prende las alarmas sobre la propagación de esta enfermedad que es prevenible por vacunación.
Muchos países siguen experimentando interrupciones en los servicios de salud relacionadas con la pandemia, así como retrasos en las campañas de inmunización de rutina, lo que deja a muchas niñas y niños sin protección contra esta y otras enfermedades. Tan solo en 2020 se calculaba que al menos a 23 millones de niños no se les habían aplicado las vacunas básicas contra difteria, tétanos y tos ferina. Esta cifra es la más alta desde 2009 y 3,7 millones más que en 2019.
Para abril de 2022, la OMS reporta que las campañas de vacunación en 43 países que estaban programadas desde el comienzo de la pandemia aún están pospuestas, lo que afecta a 203 millones de personas, en su mayoría niños. De esas campañas, 19 son contra sarampión, dejando a 73 millones de niños en riesgo de enfermar por falta de vacunación.
Ante este escenario, junto con la UNICEF, la OMS lanza un llamado a los países para: restaurar los servicios de salud y las campañas de vacunación; ayudar a los trabajadores de la salud y líderes comunitarios para explicar la importancia de las vacunas a la población; implementar planes para prevenir y responder a brotes de enfermedades prevenibles por vacunación.
Recién conmemoramos la Semana Mundial de la Inmunización y la Semana de Vacunación en las Américas, y no hay mejor momento que este para recordar el valor de las vacunas, que no se mide solo por la dosis administradas sino por las vidas salvadas, por las personas que no experimentaron nunca una enfermedad y por todas aquellas madres y padres que vieron a sus hijos crecer saludables.
En los últimos años y en medio de la pandemia por covid-19, el valor de las vacunas se mide por los millones de muertes evitadas y por la oportunidad de recuperar un poco de aquello que tanto perdimos.