Nuestros riñones hacen cosas increíbles por nuestra salud. Su trabajo principal es eliminar las toxinas y el exceso de agua en la sangre, aunque también contribuyen al control de la presión arterial nivelando la sal y el agua del cuerpo, producen glóbulos rojos y mantiene nuestros huesos sanos.
A pesar de su función clave, la salud de nuestros riñones es una de las más olvidadas. Por ejemplo, la enfermedad renal crónica (ERC) que se estima presentan una de cada diez personas a nivel mundial, (mientras en México hay una prevalencia de 12.2%, 6 millones de personas con diabetes y ERC y 51.4 muertes por cada 100,000 habitantes) está asociada a enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión y, como en la mayoría de estas condiciones, el diagnóstico es tardío debido a la ausencia de síntomas tempranos.
Su impacto en la salud pública se refleja en la alta demanda de recursos humanos, económicos y de infraestructura por el tratamiento que requiere. También, es la segunda causa más importante de años de vida perdidos en Latinoamérica.
La buena noticia es que, en la última década, se han llevado a cabo diversos esfuerzos para el desarrollo de nuevos medicamentos, diagnósticos, dispositivos y modelos de atención innovadores. Un ejemplo es la aplicación de glifozinas, indicados para el tratamiento de diabetes tipo 2 y que se usan para atenuar la progresión de la ERC, una intervención que ya está transformando la vida de los pacientes, previniendo o retrasando la necesidad de diálisis o trasplante renal.
Otro de los avances más prometedores tiene que ver con el uso de inmunoterapias para el tratamiento del cáncer de riñón, del que se presentan más de 431 mil casos nuevos al año a nivel mundial y 4 mil nuevos casos en México. Y aunque el tratamiento depende de factores como la ubicación exacta, el estadio del tumor y la salud del paciente, en los casos avanzados el abordaje es con terapia sistémica que incluye terapia dirigida e inmunoterapia.
Actualmente existen siete opciones de inmunoterapia aprobadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) para el cáncer de riñón, ya sea como agente único o en combinación con otra inmunoterapia o terapia dirigida. Y en el horizonte se asoman casi 30 terapias y vacunas en desarrollo para este tipo de cáncer.
Como vemos, los desafíos en el cuidado de la salud renal pasan por la prevención y la adopción de estilos de vida saludables, pero también por el acceso a los diagnósticos tempranos, por la mejora en la comprensión de la salud renal y por supuesto, por la acceso oportuno a las terapias innovadoras que permiten a las personas llevar una mejor calidad de vida.
