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Han pasado 40 años desde que se introdujo al mundo, por primera vez, el término SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida). La epidemia se definió por el miedo y la muerte a medida que aumentaban las tasas de infección por VIH (virus de inmunodeficiencia humana) y las muertes relacionadas con el SIDA a lo largo de los años ochenta y noventa.

En 1990 los pacientes diagnosticados con SIDA podían esperar vivir solo unos meses, durante los cuales era probable que, además, contrajeran otras infecciones. Hoy en día, un paciente con VIH que recibe terapia antirretrovírica (ARV) puede esperar vivir una vida normal. ¿Se dan cuenta del impresionante hito que eso significa? Una enfermedad que era mortal se ha convertido en un padecimiento crónico que podemos mantener bajo control. Y eso significa que se han ganado millones de vidas. ONUSIDA calcula que desde 2001 se han salvado 16.2 millones de vidas.

En todos los años transcurridos desde el descubrimiento del VIH se han aprobado más de 30 medicamentos para tratarlo y las clases más nuevas de medicamentos, conocidas como profilaxis preexposición [PrEP]) impiden que el virus incorpore su ADN en el genoma del huésped. Pero la investigación y desarrollo no se ha detenido ahí y hoy tenemos dos objetivos en el horizonte:

1.- La búsqueda de una cura: Hay investigaciones que han logrado reducir los niveles del virus a niveles indetectables en algunos niños durante un período de tiempo, aunque todavía no ha habido un caso confirmado de un bebé totalmente curado. Se están desarrollando varias técnicas de erradicación que se centran en “eliminar” el virus del VIH de las células infectadas de forma latente, “despertar” las células inactivas y obligarlas a producir nuevas partículas de virus que son susceptibles a los fármacos antirretrovirales actuales.

2.– Desarrollar vacunas: Las investigadoras son optimistas de que se encontrará una vacuna durante nuestra vida. Por ejemplo, una de las empresas de AMIIF está trabajando para desarrollar una vacuna que está dando resultados alentadores en los primeros estudios clínicos y está avanzando hacia las siguientes fases de desarrollo.

Ahora bien, a pesar de todos los esfuerzos y los avances científicos las alarmantes 1,7 millones de nuevas infecciones por VIH que se produjeron en 2019, son más de tres veces superiores al objetivo de 2020 de menos de 500,000 nuevas infecciones. En México, de acuerdo con Censida,el total acumulado preliminar de pruebas de VIH en 2020 fue de 1 millón 426,414 pruebas, en comparación con los 2 millones 897,256 realizadas en 2019, una baja del 51%. Esta caída puede ser resultado del impacto que ha tenido la pandemia por covid-19. Lo que representará un desafío para el diagnóstico oportuno y evitar nuevas infecciones por VIH y de otras infecciones de transmisión sexual.

Falta mucho por hacer. Por eso la Declaración política sobre el VIH y el sida que se firmó en la reunión de Alto Nivel sobre el Sida de la Asamblea General de las Naciones Unidas de 2021 la semana pasada (8 al 10 de junio) debe funcionar como hoja de ruta para avanzar en la respuesta mundial al VIH durante los próximos cinco años. En México tenemos la manera de evitar el SIDA, nadie está indefenso. Cada infección que ocurre es una falla del sistema de salud y todos somos corresponsables.

Publicado previamente en El Sol de México.

Para conocer más acerca de esta impresionante gesta científica, los invitamos a leer el capítulo dedicado a este tema en nuestro libro AMIIF 70 años: Una historia de innovación.

 

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