La mejor medicina para mejorar la salud global es reducir la desigualdad

Han pasado solo unos meses desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara el fin de la emergencia sanitaria internacional por la covid-19 y, aunque este hecho supuso esperanza y alivio para el mundo, no debemos olvidar los impactos que esta pandemia dejó no solo en los sistemas de salud, sino en todas las metas de progreso enmarcadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). 

Para revisar los avances, los retos, las historias de éxito y las intervenciones que han marcado la diferencia rumbo al logro de los ODS, Nature comparte esta colección de editoriales, estudios y comentarios, los cuales están enfocados en al menos uno de los 17 Objetivos.

Destaca que, sobre el Objetivo 3: salud y bienestar, cuya meta general es garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades, el progreso es poco alentador. La editorial dedicada a este Objetivo recuerda que la buena salud no se reduce solo a la biología, sino que intervienen factores como el medio ambiente, las oportunidades, la economía e incluso, la discriminación.

Durante la pandemia de covid-19 se observaron tales influencias, con disparidades generalizadas entre las personas ricas y pobres en términos de acceso a pruebas diagnósticas, disponibilidad de tratamientos y distribución de vacunas. 

Estos escenarios ponen de manifiesto la importancia de abordar los determinantes sociales y económicos de la salud, pues solo así podremos ir llenando los vacíos que impiden una acción eficaz. Y para impulsar este abordaje, es necesario que los gobiernos trabajen en reducir la desigualdad económica, no solo entre naciones sino también dentro de ellas; garantizar los recursos necesarios para brindar atención médica y reducir la pobreza, la discriminación y la violencia que contribuyen a la mala salud.

A su vez, la editorial recuerda el llamado que hizo la OMS para siempre ver a la salud como una inversión y no como un gasto, y a considerar que es más rentable prevenir que curar. Para acercarnos (y alcanzar) las metas de salud de los ODS, necesitamos adoptar medidas multisectoriales que apunten a reducir las desigualdades.