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Normalmente interpretamos la palabra ‘salud’ como la condición opuesta a ‘estar enfermo’ o la ‘ausencia de enfermedad’, y ésa sería una definición relativamente correcta. Pero nuestra salud como individuos está ligada a un espectro mucho mayor que la simple ausencia de enfermedad, y para ello es que el sector salud se apoya en una estructura multidisciplinaria.

La salud de la población tiene un importante impacto en nuestra salud personal, y viceversa; los factores que afectan a una, afectan a la otra: servicios sanitarios, hábitos de higiene, programas de vacunación, condiciones fitosanitarias, vigilancia epidemiológica, infraestructura hospitalaria, revisiones médicas periódicas, seguridad social, vigilancia y control de riesgos sanitarios, legislación y normatividad, sistemas de distribución de agua potable, etc.

Para alcanzar un estado óptimo de salud pública se requiere establecer una red de atención, investigación, formación, difusión y colaboración en la que participemos todos. La salud –al igual que la enfermedad– es un factor común en todos los seres vivos, es un tema que a todos nos interesa y en el que nuestras actividades diarias tienen un impacto. Nuestra alimentación, nuestros hábitos, nuestros conocimientos y nuestra preparación pueden marcar la diferencia entre un buen y un mal estado de salud, y por ello la difusión de información confiable y accesible es parte fundamental de la red.

Los servicios de salud en México como el Instituto Nacional de Salud Pública tienen programas de diseminación de información, pero no son totalmente accesibles para la población por diferentes razones: la disponibilidad de medios informativos no es adecuada en algunas regiones, y muchas personas están supeditadas a lo que otros les comuniquen de segunda mano; además del problema que representa no tener la preparación necesaria para comprender la información que se distribuye. A este respecto, el apoyo del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano puede representar un gran avance, particularmente tomando en cuenta los acuerdos de colaboración que ya tiene con la Academia Mexicana de las Ciencias y con el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, para la divulgación de contenido de ciencia y tecnología en todo el país.

Las decisiones que tomamos con respecto a nuestra salud dependen de la calidad de la información disponible y de nuestra capacidad para distinguir si dicha información es o no de calidad, lo que requiere de una preparación adecuada, o del apoyo de profesionales que nos brinden la asesoría necesaria. Basar nuestras decisiones en información que proviene de terceros, o que es diseminada por medios no especializados, representa un riesgo innecesario que podría evitarse de manera relativamente sencilla, sin embargo, en una época en la que todo tipo de información se encuentra fácilmente disponible pero que no pasa por los filtros apropiados, es común que las personas compartan conocimientos que consideran sencillos de entender sin realmente comprenderlos a fondo ni tomar en cuenta las consecuencias de ello.

Acciones para promover la salud como la difusión de buenas prácticas sanitarias son indispensables para mantener y mejorar nuestros indicadores de salud. Los esfuerzos realizados en pro de la salud necesitan del apoyo de aquellos a quienes van dirigidos, y para ello se necesita del correcto entendimiento de los mecanismos involucrados, se requiere una participación proactiva por parte de la población, en colaboración con los profesionales del tema. Desconocer cómo funciona nuestro cuerpo, da pie a que tengamos dudas que pueden ser respondidas de manera inadecuada, como es el caso de la mala información que ya de manera permanente es diseminada por medios masivos como las redes sociales y que muchas veces proviene de figuras públicas que son respetadas o admiradas aun cuando sus campos de experiencia no estén relacionados al tema de la salud, pero que tienen una gran poder de convocatoria y convencimiento.

Las controversias que en últimos tiempos han surgido alrededor de temas como las terapias alternativas o las supuestas desventajas de la vacunación son una clara muestra de los obstáculos y riesgos para la salud pública que se presentan por la diseminación de información incorrecta o infundada, y de hecho ya han tenido consecuencias críticas en algunos países al haber aparecido brotes de enfermedades que ya estaban bajo control, o las lamentables instancias de crímenes perpetrados por individuos radicalizados, cometidos en contra de trabajadores de campañas internacionales de vacunación y que han costado las vidas de muchos de esos voluntarios.

El problema no sólo estriba en el desconocimiento de un tema, sino también en los conocimientos incorrectos que se tengan de éste, lo que hace que sea imperativo establecer programas y campañas de difusión en los que la información adecuada se disemine de manera eficaz, accesible y fácil de comprender, para lo que se puede aprovechar la existencia de las diferentes herramientas tecnológicas disponibles actualmente en los medios de comunicación, en conjunto con la colaboración de profesionales de la divulgación científica. Una educación de calidad repercutirá en decisiones de calidad.

Fuentes:

– Instituto Nacional de Salud Pública.https://www.insp.mx/

– Organización Mundial de la Salud. http://www.who.int/es/

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