Entre las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030, y en lo que corresponde al objetivo número 3 “Salud y bienestar”, se encuentra la de reducir la tasa mundial de mortalidad materna a menos de 70 por cada 100,000 nacidos vivos.
También, poner fin a las muertes evitables de recién nacidos y menores de 5 años, para que todos los países reduzcan la mortalidad neonatal al menos hasta 12% por cada 100,000 nacidos vivos, y la mortalidad de menores de 5 años al menos hasta 25% por cada 1000 nacidos vivos.
Desafortunadamente, un informe reciente del Grupo Interinstitucional de las Naciones Unidas para la Estimación de la Mortalidad Infantil (UN IGME) nos muestra que no vamos en el camino correcto. Se calcula que más de cinco millones de niños murieron antes de cumplir cinco años y otros 2,1 millones de niños y jóvenes de entre 5 y 24 años perdieron la vida en 2021.
Adicionalmente, 1,9 millones de bebés nacieron muertos durante el mismo periodo, aunque muchas de estas muertes pudieron haberse evitado con el acceso equitativo y la atención de salud materna, neonatal, adolescente e infantil de calidad.
Casi en todo el mundo, un niño que nace hoy tiene más posibilidades de sobrevivir hasta los 5 años que en 1990, pero existen desigualdades inaceptables, entre países y dentro de ellos, que ponen en dificultades a miles de niños según el lugar donde nacieron. Por ejemplo, los nacidos en el África subsahariana tienen un riesgo de muerte 15 veces más alto que los niños nacidos en Europa o América del Norte.
Los conflictos y las emergencias de salud, como la covid-19, siguen amenazando la supervivencia de las y los niños en todo el mundo. Sin acciones urgentes, 54 países (la mayoría de ingresos bajos o medios) no alcanzarán las metas de los ODS para 2030.
El informe destaca la necesidad de contar con datos oportunos, de alta calidad y desglosados para identificar a las y los niños más vulnerables y poder monitorear su situación de salud. Al mismo tiempo, resulta urgente fortalecer los programas de atención a la salud y garantizar intervenciones efectivas como una mejor atención en el momento del parto, vacunación, suplementos nutricionales y programas de agua y saneamiento.
Las y los niños necesitan sistemas sólidos de salud que les garanticen la oportunidad de un buen comienzo y una vida saludable, sin importar dónde nacen.
El informe completo se puede consultar en este enlace, y aquí se puede visitar el sitio de IGME para navegar datos por país.