El cáncer de pulmón ocupa el segundo lugar en incidencia mundial con más de dos millones de casos registrados en 2020 y se coloca solo por detrás del cáncer de mama. En México, de acuerdo con Globocan, se registraron 7 mil 588 nuevos casos y 7 mil 100 fallecimientos, convirtiéndose en uno de los diez tipos de cáncer con mayor impacto para la población.
Y si bien las cifras son impactantes, también podemos hablar de progreso en la lucha contra este tipo de cáncer. De acuerdo con la Sociedad Americana del Cáncer, los pacientes en EE.UU. viven más tiempo, ya que el 31% sobreviven 3 años después del diagnóstico en comparación con el 21% una década atrás. También, el 28% de los cánceres se detectaron en una etapa localizada en 2018 frente al 17% en 2004.
Parte de estos avances se puede explicar gracias a un mayor acceso a la atención y la detección, así como a la mejora en los tratamientos. En esta revisión publicada en The Oncologist, se enlistan los esfuerzos de décadas en ensayos clínicos que han dado como resultado nuevos enfoques terapéuticos que han transformado las opciones de tratamiento para las y los pacientes con cáncer de pulmón: inmunoterapias, inhibidores de punto de control, terapias moleculares y el uso de biomarcadores.
No obstante, tenemos que seguir mejorando todo el abordaje del cáncer de pulmón, desde las acciones de prevención y la consideración de todos los factores de riesgo, hasta el diagnóstico temprano y el acceso a terapias en las diferentes etapas de la enfermedad.
El futuro es esperanzador y con las 141 terapias en desarrollo para cáncer de pulmón, podemos ser optimistas y construir un mundo en el que esta enfermedad ya no signifique una sentencia de muerte.