En la más reciente edición del reporte Hechos y cifras 2021: La industria farmacéutica y la salud global, de la Federación Internacional de Fabricantes y Asociaciones Farmacéuticas (IFPMA), se recogen una serie de datos que permiten dimensionar el papel fundamental de la industria biofarmacéutica no solo en la lucha emprendida contra la covid-19, sino por su que hacer innovador y su experiencia para mejorar la salud pública.
En el último año, a base de colaboraciones y asociaciones con gobiernos, academia, empresas biotecnológicas, organizaciones y otros sectores, la industria ha liderado la búsqueda de tratamientos y vacunas para hacerle frente a la pandemia por coronavirus. Pero el trabajo no termina ahí, pues al mismo tiempo se han hecho grandes esfuerzos para seguir innovando y aportando a la mejora de la salud mundial, así como al acceso a medicamentos que mejoren la calidad de vida de miles de personas.
A continuación presentamos algunos de los datos incluidos en este informe:
Sobre investigación y desarrollo:
- En promedio, los investigadores identifican UN compuesto prometedor de entre 5,000-10,000 examinados. Luego, este compuesto se prueba de manera extensa para garantizar su seguridad y eficacia. Este proceso puede llevar entre 10 y 15 años, tanto para medicamentos como para vacunas
- En 2018 se lanzaron 59 nuevos medicamentos, mientras que en la actualidad existen más de 8,000 compuestos en desarrollo en diferentes etapas.
- En 2020, el número de medicamentos en desarrollo para diversas enfermedades fue de:
- 2,740 para cáncer
- 1,535 para inmunología
- 1,498 para neurología
- 1,213 para enfermedades infecciosas.
- Se estima que la industria biofarmacéutica basada en investigación invirtió 179 mil millones de dólares a nivel mundial en 2018.
Sobre la huella económica de la industria biofarmacéutica:
- La contribución al PIB mundial es de 1,383 mil millones de dólares por conceptos directos, indirectos e inducidos de la industria.
- Se emplean cerca de 5,5 millones de personas en todo el mundo.
- A medida que la innovación en terapias llega a más países, se obtienen ganancias significativas en la esperanza de vida media y la calidad de vida.
Los medicamentos y las vacunas contribuyen a la sostenibilidad de los sistemas de salud, generando ahorros, por ejemplo, reduciendo costos por estancias hospitalaria.
Hay muchas historias prometedoras en proceso: terapias que puedan curar la hepatitis B y el VIH erradicando el virus de las células infectadas; el desarrollo de la tecnología de ARNm puede resultar en terapias que salve la vida de pacientes con formas agresivas de ciertos cánceres. El futuro es incierto, pero mientras la industria biofarmacéutica continúe empujando las barreras de la ciencia, el futuro debería ser mejor para todos.
Se puede consultar el informe completo en este enlace.