En Francia se denomina a una enfermedad como de larga duración cuando su gravedad o cronicidad requiere de tratamiento prolongado. En esta categoría entran condiciones como los accidentes cerebrovasculares, diabetes tipo 1 y 2, fibrosis quística o cáncer, entre otras y este año la endometriosis se sumó a la lista.
Mediante un proyecto de ley aprobado el 13 de enero, el reconocimiento de la endometriosis, que se estima afecta a una de cada diez francesas, permitirá que la atención y el tratamiento sean cubiertos por el seguro de salud en aquel país, l’Assurance maladie, lo cual busca favorecer a las mujeres en situaciones económicas precarias.
La endometriosis es un trastorno en el que tejido similar al tejido que normalmente recubre el interior del útero (el endometrio), crece fuera del útero. Cuando este fenómeno ocurre, el tejido similar al endometrio actúa como lo haría el tejido endometrial: se engrosa, se descompone y sangra con cada ciclo menstrual. Además, causa dolor intenso e incapacitante, sobre todo durante el periodo menstrual, así como problemas de fertilidad y cáncer.
La Organización Mundial de la Salud estima que la endometriosis afecta a cerca de 190 millones de mujeres y niñas en edad reproductiva a nivel mundial. En México, datos de un estudio retrospectivo transversal de 2005 encontró una incidencia de endometriosis del 34.5%. Otras estimaciones calculan que cada año se presentan en el país hasta 30 mil casos nuevos de endometriosis, y dado que tiene una amplia gama de síntomas que van desde menstruaciones dolorosas, dolor pélvico, cansancio, distensión abdominal o náuseas, su diagnóstico es complejo y puede demorar hasta siete años.
El paso dado por el gobierno francés forma parte de una serie de esfuerzos para aumentar la comprensión sobre esta enfermedad, mejorar las tasas de diagnóstico y los planes de tratamiento y así, abordar los impactos sociales, económicos y de salud pública derivados de la endometriosis.
Este es un buen ejemplo de cómo las necesidades específicas de salud de las mujeres y la perspectiva de género deben guiar la investigación, la recolección de datos y la innovación.