La Semana Mundial de Concientización sobre los Antimicrobianos es impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y se lleva a cabo del 18 al 24 de noviembre para aumentar la comprensión sobre la resistencia a los antimicrobianos y fomentar mejores prácticas que nos permitan reducir la amenaza que este fenómeno representa para la salud mundial.
En enero de este año, The Lancet publicó un estudio donde se estimó que, tan solo en 2019, se contaban 1,27 millones de muertes directamente atribuibles a la resistencia antimicrobiana (RAM), más que el VIH o la malaria juntas. En ese mismo documento, se destacó la importancia de impulsar políticas y estrategias para reforzar programas de control y prevención, así como fomentar el desarrollo de nuevas vacunas y antibióticos.
Y es que los antibióticos han permitido grandes avances en la salud y en el aumento de la esperanza de vida en todo el mundo, pero lo cierto es que hoy estamos viviendo una crisis en el desarrollo de nuevos medicamentos, lo que amenaza dichos avances.
Al respecto, Henry B. Skinner, director ejecutivo de AMR Action Fund, advierte que necesitamos una nueva era dorada de los antibióticos, y lograrlo pasa por adoptar nuevos enfoques sobre el valor de estos medicamentos y contar con políticas que fomenten la innovación en estos tratamientos.
Pero los nuevos antibióticos son solo una pieza del rompecabezas, pues al mismo tiempo se requieren inversiones para fomentar el desarrollo de diagnósticos rápidos y rentables, políticas que promuevan la administración correcta de antibióticos y planes para garantizar el acceso a todas las personas, en especial en países de ingresos medianos y bajos.
Desde la industria farmacéutica continuamos apoyando esfuerzos como el de AMR Action Fund, cuya meta es ayudar a entregar de dos a cuatro nuevos antimicrobianos en la próxima década. Asimismo, contamos con casi 90 medicamentos antimicrobianos en investigación y desarrollo.
Estamos frente a la próxima gran emergencia de salud mundial y no podemos perder más tiempo. Necesitamos que la resistencia antimicrobiana se convierta en una prioridad y necesitamos actuar en colaboración. La vida de millones de personas y nuestro progreso en salud están en juego.