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The Last of Us es la última serie de televisión de moda y retrata un mundo postapocalíptico donde el hongo cordyceps desencadena una pandemia y convierte a los humanos en una suerte de zombies. Pero hagamos un alto, ¿Es posible una pandemia causada por hongos?

En este texto, el presidente del Departamento de Microbiología Molecular e Inmunología de la Facultad de Salud en Johns Hopkins, Arturo Casadevall, explica que, históricamente, dos tipos de microbios se han asociado con las pandemias humanas: bacterias y virus. Yersinia pestis fue la bacteria responsable de la peste negra que devastó Europa a mediados del siglo XIV; por su parte, las pandemias virales son más frecuentes, como la de influenza que se vivió en 1918, la de VIH en 1981 y la más reciente a causa del SARS-CoV-2

Y aunque cordyceps es un hongo que existe, lo cierto es que para que cause una pandemia tendría que ser fácilmente transmisible de humano a humano o del medio ambiente a los humanos, cosa que por suerte, hoy es poco probable. La mayoría de las especies de hongos no pueden crecer a temperaturas corporales de los mamíferos, incluidos los humanos. 

Sin embargo, debemos considerar que a medida que la tierra se calienta, los hongos se adaptan a temperaturas más altas y eso podría dar a algunos la capacidad de sobrevivir en nuestros cuerpos. 

Dejando de lado la ficción, sí que hay otros hongos que deberían causar preocupación inmediata, como el candida auris, que de acuerdo con los resultados de un estudio publicado en Annals of Internal Medicinecreció en número de casos del 44% en 2019 al 95% en 2021, tan solo en Estados Unidos. Lo más alarmante es que los investigadores señalan que hay un aumento de casos resistentes a las equinocandinas, la terapia de primera línea para las infecciones activas por candida auris. 

Si algo podemos agradecer a The Last of Us es que haya puesto bajo el reflector a las infecciones fúngicas, que a menudo no reciben tanta atención. En este sentido, la lista de patógenos prioritarios, publicada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) representa un gran paso para considerar las amenazas potenciales que existen y para invertir en investigación, sobre todo en aquellas infecciones que están aumentando su resistencia a los tratamientos actuales. 

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