A diciembre de 2022, 47 países habían eliminado con éxito al menos una de las enfermedades tropicales desatendidas (ETD). Entre 2016 y 2019, más de mil millones de personas recibieron tratamiento cada año. Y durante la última década, la cantidad de personas que requirieron intervenciones contra estas enfermedades había disminuido un 25%.
Estos avances se desprenden del Informe mundial sobre enfermedades tropicales desatendidas 2023, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que también describe los esfuerzos mundiales alineados a la hoja de ruta para las ETD 2021-2030, y las brechas que quedan por cerrar para disminuir el impacto que generan estas enfermedades.
Además de estas cifras esperanzadoras, The Lancet destaca algunos hitos en la investigación de las ETD:
- En 2022 se publicaron los resultados favorables de eficacia y seguridad de un ensayo fase 2/3 de una terapia para la tripanosomiasis africana humana, también conocida como enfermedad del sueño. A diferencia del tratamiento actual que es largo y requiere pruebas de confirmación de la enfermedad, la nueva terapia se puede administrar seguida de análisis rápidos de sangre y durante un tiempo más corto. Ahora se busca la aprobación regulatoria de esta terapia.
- Está en curso un ensayo clínico de fase 2 para probar una nueva combinación de terapias para la úlcera de Buruli, enfermedad de la piel y los tejidos blandos que puede causar morbilidad a largo plazo. La recuperación de los pacientes puede demorar hasta un año, y el ensayo sugiere que la adición de dos nuevos fármacos podría acortar el tratamiento de 8 a 4 semanas y acelerar la cicatrización.
- La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) validó para su revisión la solicitud de un tratamiento para la esquistosomiasis en niños de 3 meses a 6 años de edad. Esta noticia es de gran relevancia pues actualmente no hay opciones de tratamiento pediátrico, aún cuando se estima que más de 50 millones de niños en edad preescolar viven con esta enfermedad en todo el mundo.
Los esfuerzos mundiales que ya están en marcha, junto con la investigación de nuevas terapias, contribuirán a lograr los objetivos de la hoja de ruta de la OMS para las ETD, que entre otras cosas busca que para 2030, estas enfermedades estén firmemente bajo control, eliminadas o erradicadas de forma permanente. Estamos en un momento clave en el que precisamos reforzar la colaboración entre industria farmacéutica, investigadores, gobiernos y otros socios clave.
