La del cáncer es una historia de progresos, pero también de retos que debemos abordar para mejorar la atención que reciben las personas. Cada 4 de febrero, la Unión Internacional contra el Cáncer (UICC) impulsa el Día Mundial contra el Cáncer como un llamado colectivo para lograr progresos reales y reducir el impacto de esta enfermedad.
A nivel mundial, el cáncer es la segunda causa de muerte y cada año se reportan cerca de diez millones de defunciones. El cáncer de mama, pulmón, colon y recto, y próstata, son los tipos que más afectan a la población. En contraste con estas cifras, la UICC estima que se podrían salvar hasta 3,7 millones de vidas cada año con estrategias adecuadas de prevención, detección temprana y tratamiento oportuno y de calidad.
Bajo el lema “Por unos ciudadanos más justos” y en un esfuerzo de tres años, se busca informar sobre las brechas que existen en la atención oncológica en todo el mundo y su impacto en las personas y sus entornos, en los sistemas de salud y en las economías. Este 2023 es el segundo año de la campaña y el objetivo es crear alianzas fuertes y colaboraciones innovadoras para lograr la equidad y la calidad en la atención.
Desde la industria farmacéutica nos sumamos a este llamado y reafirmamos nuestro compromiso de investigar y desarrollar más y mejores tratamientos para brindar esperanza a quienes luchan contra el cáncer. En la actualidad se investigan más de 1300 terapias y vacunas para cáncer de pulmón, leucemias, linfomas, cáncer de mama, mieloma múltiple, cáncer de próstata y tumores cerebrales, entre otros.
Pero sabemos que la tarea no termina ahí. Si queremos reducir el impacto de esta enfermedad, necesitamos colaborar a todos los niveles para que la innovación y las terapias lleguen a las manos de las personas que lo necesitan. Es tiempo de unir esfuerzos por unos cuidados más justos.