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Unos 1,700 millones de personas en el mundo son más vulnerables al virus SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, debido a que padecen alguna enfermedad no transmisible (ENT), de acuerdo al director de NCD Alliance, Todd Harper.

Estudios de pacientes en estado crítico con COVID-19 identificaron altas proporciones de personas con al menos una ENT: 48% de los pacientes hospitalizados en Wuhan, el 71.9% de los pacientes hospitalizados en Nueva York y el 98.9% de los pacientes fallecidos en Italia tenían al menos una enfermedad crónica, según la organización.

Por ello es necesario invertir en salud preventiva y combatir los factores de riesgo relacionados con las enfermedades crónicas, dijo Harper durante el “ENT y COVID-19: aprendiendo lecciones, construyendo mejor para el futuro”, evento organizado en julio entre la NCD Alliance, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el gobierno noruego.

El economista especializado en salud afirmó que el bienestar de los sistemas sanitarios y las economías en general dependen de la atención que reciban este tipo de enfermedades.

En junio, la OMS advirtió que los servicios de prevención y tratamiento de las ENT se han visto gravemente afectados desde el inicio de la pandemia.

“Muchas personas que necesitan tratamiento contra enfermedades como el cáncer, enfermedades cardiovasculares y diabetes no han recibido los servicios sanitarios y los medicamentos que necesitan desde que comenzó la pandemia de COVID-19. Es fundamental que los países encuentren formas innovadoras de garantizar que los servicios esenciales contra las ENT continúen, incluso mientras luchan contra la COVID-19”, declaró entonces el director general del organismo, el Dr. Tedros Adhanom.

En el encuentro virtual de julio, el Dr. Tedros manifestó que para lograr una cobertura universal de salud es indispensable trabajar en la prevención, el diagnóstico y los tratamientos oportunos para pacientes con ENT.

Además, destacó que se requiere desarrollar nuevos modelos sanitarios donde se escuchen a los pacientes.

México, entre los más afectados

Durante el evento, el subsecretario de Salud de México, Hugo López-Gatell, dijo que México es uno de los más golpeados por las enfermedades no transmisibles y que eso impacta en el bienestar de la población y la esperanza de vida.

El funcionario expresó que es importante seguir buscando soluciones potenciales desde una perspectiva multisectorial en la que participen gobiernos, sociedad civil y sector privado.

Al 31 de agosto, en México había 64,414 defunciones por COVID-19 y las principales comorbilidades asociadas son la hipertensión, obesidad, diabetes y tabaquismo.

La mortalidad por causas prevenibles y tratables en México es alta respecto al promedio de los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), pues mientras en el país la tasa de mortalidad por causas prevenibles es de 212, la tasa del organismo es de 133.

La esperanza de vida en México es de 75.4 años, la segunda más baja en  la OCDE.

Asegurar tratamientos para quienes padecen ENT

En el evento de julio de NCD Alliance, la directora del Departamento de ENT de la OMS, Bente Mikkelsen, destacó lo importante que es asegurar los tratamientos para personas que viven con ENT.

Manifestó que se deben formular políticas que incluyan las necesidades de jóvenes y adultos, integrar las ENT a los programas nacionales de salud y no manipular el número de pacientes.

El vicepresidente de salud cardiovascular de Resolve to Save Lives, Jennifer Cohn, aseguró que se pueden evitar muertes por ENT si se mejoraran los sistemas sanitarios con programas de diagnóstico y tratamientos. Y el director emérito de la Organización Panamericana de la Salud, George Alleyne, subrayó la importancia de que las naciones se preparen de modo tal que las ENT no sean un problema para una próxima pandemia.

Por ejemplo, dijo que se debe invertir progresivamente en la prevención de las enfermedades, tanto en niños y adolescentes como en adultos.

Mientras que la directora ejecutiva del programa UNAIDS, Shannon Hader, declaró que la COVID-19 ha hecho visibles problemas existentes en los sistemas de salud, pero que se trabaja de forman multilateral, pues se atienen no solo temas sanitarios, sino de salud alimentaria, derechos humanos, violencia y seguridad, etc.

Dijo que es importante escuchar a las comunidades para conocer sus necesidades y comenzar a trabajar sobre ellas, además de poner las herramientas al servicio de las personas para que trabajen un proceso de adaptación.

Finalmente recomendó revisar todos los avances obtenidos en otras coyunturas sanitarias para rediseñar modelos y programas.

Este año la Global Week for Action on NCDs se realizará del 7 al 13 de septiembre. El tema de esta edición es la rendición de cuentas, que implica el seguimiento de los compromisos y la forma en que los gobiernos usan los recursos, y el seguimiento de las políticas y acciones del sector público para identificar qué funciona, por qué y en dónde se necesita una mayor acción para satisfacer las necesidades de salud y los derechos de las personas.

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