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El uso de la tecnología ARNm para el desarrollo de vacunas contra la covid-19 abrió un mundo de posibilidades para la investigación y desarrollo de tratamientos y vacunas para otras enfermedades como la influenza o el cáncer. Su potencial es tan grande que también se busca aprovecharlo en el abordaje de tres enfermedades históricamente desatendidas: la malaria, la tuberculosis y el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

En este texto, Fiona Broom, editora de SciDev.Net, señala que estas tres grandes enfermedades infecciosas son las responsables de más de 2.8 millones de  fallecimientos tan solo en 2020, afectando de manera desproporcionada a los países en desarrollo. También explica que, ante un panorama en el que aún no hay una vacuna para el VIH, donde recién se recomendó el uso de la primera vacuna contra la malaria, y donde contamos con una sola vacuna contra la tuberculosis; el ARNm (ácido ribonucleico mensajero) descubierto en la década de 1960, se perfila como una herramienta promisoria para hacerle frente a estas enfermedades.

Broom destaca que los científicos ya se encuentran en las primeras etapas del desarrollo de nuevas vacunas ARNm para la malaria y para la tuberculosis, pero a la par de estos esfuerzos, es necesario iniciar las conversaciones sobre el acceso.

La covid-19 nos mostró que la colaboración, la ciencia y la innovación hacen posible el desarrollo de soluciones que protejan la salud y la vida de las personas. Luchar contra las “tres grandes” no debe ser la excepción. 

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