En su artículo anual, Cancer Statistics 2021, la Sociedad Americana del Cáncer informa que el riesgo de morir por cáncer en EUA ha disminuido en los últimos 28 años. Así, la tasa de mortalidad por cáncer para hombres y mujeres cayó en 32% desde su punto máximo en 1991 hasta 2019, lo que se traduce en casi 3,5 millones de vidas salvadas.
Parte de esta caída se explica gracias a los avances en el acceso a la atención, la detección y la mejora de los tratamientos para el cáncer de pulmón. Otros factores que contribuyen a la reducción de la tasa de mortalidad tienen que ver con: el uso de quimioterapias luego de cirugías de cáncer de mama y colon; tratamientos combinados para muchos tipos de cáncer; y la prevención y detección temprana para cáncer de mama, cuello uterino, próstata, recto y pulmón.
Para continuar con el progreso y brindar esperanza a quienes luchan contra el cáncer, las compañías de investigación biofarmacéutica están trabajando para desarrollar tratamientos más efectivos. Actualmente hay en desarrollo 1,361 medicamentos y vacunas para varios tipos de cáncer.
Para algunos tipos de cáncer, la comprensión científica básica de sus causas brinda a los científicos información “suficiente” para desarrollar medicamentos, particularmente en los casos en los que la enfermedad está asociada con una sola mutación genética o un conjunto conocido de mutaciones. Por ejemplo, se encuentra una mutación en el gen BRAF en alrededor del 50-60% de todos los casos de melanoma cutáneo.
Sin embargo, para muchos otros cánceres, los avances en el conocimiento científico han revelado una enorme complejidad. En estos casos, es probable que se necesite una combinación de medicamentos que ataquen el cáncer desde diferentes ángulos, ya que apuntar a un solo marcador molecular podría permitir que el cáncer desarrolle resistencia.
Este es solo un ejemplo de por qué el desarrollo de medicamentos efectivos es extremadamente desafiante. Si bien ha habido un enorme progreso en la comprensión de muchos tipos de cáncer y la biología subyacente que los impulsa, también hemos avistado los enormes retos de conocimiento que quedan por delante.
El potencial de progreso nunca ha sido mayor, pero hacer realidad esa promesa es un desafío que requiere investigadores talentosos y dedicados.