La pandemia por covid-19 ha hecho aún más evidente el importante papel de las mujeres dentro de los sistemas de salud. Teniendo en cuenta que ellas representan el 70% de la fuerza laboral mundial de la salud y casi el 90% de la fuerza laboral de partería y enfermería -pero tan solo un 25% ha tenido la oportunidad de ejercer puestos superiores de liderazgo-, es necesario hacer un alto para buscar acciones que puedan abrirles la puerta a estas posiciones. La cuestión tiene que ver con cerrar brechas de desigualdad, pero también con la construcción de sistemas de salud más fuertes y resilientes.
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud, en conjunto con el Centro de Equidad de Género de la Red Mundial del Personal de Salud, lanzaron el informe Cerrar la brecha de liderazgo: equidad de género y liderazgo en la fuerza laboral mundial de la salud y el cuidado, que explora el impacto que tiene la escasez de puestos de liderazgos que son ocupados por mujeres en el sector de salud y atención.
Basado en el informe de 2019: “Impartido por mujeres, dirigido por hombres: un análisis de género y equidad de la fuerza laboral social y sanitaria mundial”, el documento señala que las brechas de liderazgo entre hombres y mujeres solo pueden cerrarse con acciones políticas que aborden las barreras sistémicas.
El último documento de la OMS recuerda que:
- Solo 23% de las delegaciones nacionales de la Asamblea Mundial de la Salud en 2020 estuvieron encabezadas por mujeres.
- Las limitadas oportunidades de las mujeres para ingresar al liderazgo pueden verse agravadas por la intersección con otras identidades como raza, etnia, casta, orientación sexual, identidad de género, religión y discapacidad.
- A las mujeres les resulta más difícil acceder a la formación que les ayudaría a avanzar en su carrera porque el costo, el momento y la ubicación de la formación entran en conflicto con sus responsabilidades fuera del trabajo.
- Las enfermeras, que se estima que representan alrededor del 50% de todos los trabajadores de la salud, están significativamente subrepresentadas en el liderazgo de la salud mundial y nacional.
- Las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de trabajar a tiempo parcial y, debido a esto, a menudo se las considera menos elegibles para el liderazgo.
Asimismo, el informe propone un marco de acción basado en cuatro áreas: construir una base para la igualdad, abordar las normas y estereotipos sociales, abordar los sistemas y la cultura en el lugar de trabajo, permitir que las mujeres obtengan logros. A su vez, dichas áreas contemplan involucrar a niñas y jóvenes en educación STEM, garantizar la igualdad de remuneración entre hombres y mujeres por el mismo trabajo y aumentar la visibilidad pública de las mujeres en la toma de decisiones.
La implementación de programas de inclusión y equidad de género dentro del sector de salud y atención es urgente, y todos los actores del ecosistema de salud podemos tomar parte en ello. Las mujeres son factor esencial para la consolidación de sistemas de salud integrales y capaces de responder a las necesidades de salud de todas las poblaciones.