El último Informe Mundial sobre Malaria, de la Organización Mundial de la Salud, reporta que hubo 241 millones de casos de malaria y 627 mil muertes por esta enfermedad en todo el mundo en 2020, (en México, esta enfermedad se ha reducido de manera importante y la incidencia ha permanecido por debajo de los mil casos anuales). La malaria que es común en el África Subsahariana, es causada por un parásito que se transmite a través de la picadura de mosquitos y es especialmente peligrosa para los niños.
Un estudio llevado a cabo en Tanzania siguió a más de 6,700 niños desde 1998 y encontró que la supervivencia de quienes habitualmente dormían bajo mosquiteros era más de 40% superior en comparación con la supervivencia de quienes utilizaban mosquiteros con menos frecuencia durante su primera infancia.
El estudio que siguió a estos niños después de 20 años brinda una visión única de los beneficios a largo plazo del control de la malaria en niños pequeños. Y es que en zonas donde la enfermedad es endémica, dormir bajo un mosquitero tratado con insecticida es una de las formas más efectivas de proteger la vida.
A esa medida, el año pasado se sumó la histórica recomendación por parte de la OMS de la vacuna antipalúdica. La tan esperada vacuna infantil representa un gran salto adelante para la ciencia, la salud de los niños y la lucha contra esta enfermedad. Al añadirla a las herramientas ya disponibles para prevenir el paludismo, podremos salvar la vida de decenas de miles de niños cada año.