El último caso de poliomielitis en México se dio en octubre de 1990, y de sarampión en 1997. Los servicios de salud en México, a través del Programa de Vacunación Universal (PVU), inoculan a millones de niños, adolescentes y adultos; un importante porcentaje de la población está protegida de esta manera contra una variedad de enfermedades inmunoprevenibles de manera permanente. La reducción en la mortalidad infantil a causa de estas enfermedades ha sido notable a partir de la creación del PVU.
México ha sido un importante participante en el esquema de vacunación en el mundo. Desde la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna –la Expedición Balmis–, que fue la primera expedición sanitaria internacional de la historia, vacunando contra la viruela bajo las técnicas de Edward Jenner en diferentes países del imperio español desde las Canarias hasta China, entre 1803 y 1814; la creación del Instituto Bacteriológico Nacional en 1905; y otros esfuerzos notorios, hasta convertirse, en 1990, en uno de los 7 países del mundo autosuficientes en la producción de vacunas.
La inmunidad que proporcionan las vacunas no se limita a la persona inmunizada, sino que se extiende a las personas no vacunadas de la comunidad a partir de un cierto número de personas que ya han sido vacunadas. Esto se conoce como ‘inmunidad de grupo’ o ‘inmunidad colectiva’, y es un mecanismo sumamente importante aunque poco conocido. Cuando una parte significativa de la población es inmune a una enfermedad, los individuos no inmunizadas son protegidos de manera indirecta.
Esta inmunidad colectiva permite que aquellos que no pueden ser vacunados por razones especiales estén rodeados de una especie de “cortafuegos” que impide el paso de la infección. Para lograr esto, se requiere que una gran proporción de la población esté inmunizada y la disponibilidad de vacunas, al igual que los programas de vacunación, es un factor crucial, particularmente cuando se presentan brotes inesperados de enfermedades infecciosas, como sucedió en México en 1990 con el último brote de sarampión (parte de una pandemia), que ocasionó casi seis mil fallecimientos.
El papel de la farmacología clínica en estos procesos es trascendental; México dejó de ser autosuficiente en materia de elaboración de vacunas al modificarse el esquema de vacunación en 1998 con la sustitución de la vacuna monovalente antisarampión por la vacuna triple viral SRP (sarampión, rubéola y parotiditis) y la adición de otras enfermedades a dicho esquema (la cartilla nacional de vacunación contempla un total de 14).
Aunque a la fecha aún se deben importar algunas vacunas para suplir las necesidades del país, los esfuerzos realizados por el sistema de salud en México para retomar la autosuficiencia han tenido buenos resultados; uno de ellos, el reconocimiento de la Organización Mundial de la Salud a la Cofepris como Agencia Funcional en materia de vacunas por el periodo 2015-2017, lo que permitirá la exportación de biológicos, contribuyendo al abasto y acceso de vacunas en el mundo. Esto a su vez impulsa la inversión en materia de investigación y desarrollo farmacológico en México, como quedó patente en la carta de intención firmada entre la Cofepris y BIO en la más reciente Convención Internacional de la Organización de Innovación Tecnológica.
La inmunización por medio de vacunas ha salvado millones de vidas desde que Edward Jenner desarrollara la primera vacuna propiamente dicha, sin embargo las dificultades para erradicar las enfermedades infecciosas han frenado los objetivos perseguidos por la Organización Mundial de la Salud y otros organismos. A la fecha solamente se han erradicado dos enfermedades gracias a la intervención humana: la viruela y la peste bovina. Aunque existen otras enfermedades inmunoprevenibles que se han eliminado regionalmente, como la poliomielitis, el sarampión, la malaria y la difteria, aún no se ha conseguido su erradicación.
Las acciones como las Semanas Nacionales de Salud son primordiales para alcanzar y mantener un mínimo del 95% de la población inmunizada y así cubrir los objetivos del Programa de Vacunación Universal y del Programa Sectorial de Salud 2013-2018. Todo esto requiere de la participación de la industria de la investigación farmacéutica en México y de un apoyo continuo de las autoridades en materia de recursos, normatividad y facilitación, aunado a una constante difusión y concientización.
Es importante que México recupere la autosuficiencia en la elaboración de vacunas por razones estratégicas, además de económicas. Contamos con la infraestructura adecuada para lograrlo y el proceso continúa consolidándose, una razón más por la que el sector salud debe permanecer en un nivel prioritario en el Presupuesto de Egresos de la Federación, como apoyo fundamental a la salud y la productividad de nuestro país.
Fuentes:
– José Ignacio Santos, El Programa Nacional de Vacunación: orgullo de México. Revista de la Facultad de Medicina; Vol 45, No 003 (2002)
http://www.revistas.unam.mx/index.php/rfm/article/view/12660
– Inmunidad de grupo. Wikipedia.
https://es.wikipedia.org/wiki/Inmunidad_de_grupo
– Aviso Epidemiológico. Conave. Poliomielitis. 2014.
– México recibe reconocimiento de la OMS en materia de vacunas. Cofepris. 2015.
http://www.cofepris.gob.mx/Documents/NotasPrincipales/20052015.pdf
– Programa Sectorial de Salud. Secretaría de Salud.
http://portal.salud.gob.mx/contenidos/conoce_salud/prosesa/prosesa.html
– Empresas biomédicas expresan interés en México. Cofepris. 2016.
http://www.cofepris.gob.mx/Documents/NotasPrincipales/06062016.pdf