En 2015, la Comisión de The Lancet sobre Mujeres y Salud estimó que cada año las mujeres contribuyen con 3 mil millones de dólares a la salud mundial, pero la mitad de este monto es en forma de trabajo no remunerado. Si bien hay hombres que también desempeñan trabajos sanitarios en la misma condición, la gran mayoría son mujeres y por lo general, pertenecen a familias de bajos ingresos y con educación limitada. Se calcula que al menos seis millones de mujeres realizan trabajos no remunerados en los sistemas de salud en el mundo.
Con lo anterior en mente, el informe Subsidios a la salud mundial: el trabajo no remunerado de las mujeres en los sistemas de salud, de Women in Global Health, examina el trabajo no remunerado o mal remunerado que llevan a cabo las mujeres en los sistemas de salud. A su vez se plantea por qué las mujeres aceptan estos trabajos, y considera el impacto de dichas labores para las mujeres, los sistemas de salud y las sociedades.
El análisis está basado en entrevistas a trabajadoras de la salud de Etiopía, India, Malawi, México y Zambia y, a pesar de que no se dispone de datos, el informe entrega una serie de hallazgos de suma importancia, como los siguientes:
- La mayoría de las mujeres que trabaja sin remuneración en los sistemas de salud pertenece a países de ingresos bajos. Se estima que una cuarta parte de los 6 millones mencionados anteriormente se ubica en la India
- Existen diversas formas de remuneración (honorarios o salarios basados en rendimiento), pero ninguna brinda seguridad económica:
- No se cuenta con prestaciones del sector formal como protección social, pensiones, indemnizaciones por enfermedad o vacaciones
- Pueden recibir incentivos no monetarios como uniformes, bicicletas o teléfonos móviles. Otros tienen que ver con la oportunidad de adquirir conocimientos
- Por lo general, las trabajadoras sanitarias desempeñan labores de salud materna, infantil y reproductiva, pero durante la pandemia han tenido tareas más amplias en salud pública y vacunación
- Entre los motivos que impulsan a las mujeres a realizar estos trabajos destaca:
- La ética para servir a sus comunidades, especialmente a otras mujeres y niños
- Provenir de hogares muy pobres o grupos sociales marginados, y tener la esperanza de ofrecerse como “voluntarias” para tener un posible ingreso
- Ver el trabajo no remunerado como una oportunidad potencial de acceder a un trabajo remunerado o a formación y educación
- Ganar autonomía al poder salir de sus casas, relacionarse con otras mujeres y realizar trabajos significativos con la oportunidad de aprender
Entre las recomendaciones del informe destaca la adopción de directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que señalan la compensación económica para las mujeres por su trabajo en los sistemas de salud, o el Marco de las 5R de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), cuyos principios son Reconocer, Reducir, Redistribuir y Recompensar el trabajo no remunerado, y el quinto es lograr Representación, igualdad y liderazgo de las mujeres.
Les invitamos a consultar el informe completo en este enlace.