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Atravesar una crisis nos obliga a encarar circunstancias difíciles, a reinventarnos y a buscar soluciones. En el último año, la crisis mundial de salud nos ha retado como nunca y nos ha impulsado a innovar, aún con escenarios adversos en los que la puesta en marcha de nuevas ideas parece imposible.

Aquí es donde entra el diseño frugal, un método que consiste en diseñar soluciones a través de la lente de la escasez, y que es especialmente útil en entornos con limitados recursos financieros, humanos y materiales. Dichas limitaciones dictan las restricciones que los diseños frugales deben satisfacer, pero también conducen a la reutilización de productos disponibles en formas que no se han explorado.

A consecuencia de la pandemia por covid-19 y a medida que aparecía la inevitable escasez de pruebas de diagnóstico y equipo para tratar a los pacientes, el personal médico improvisó y los estudiantes de ingeniería comenzaron a desarrollar soluciones casi de la noche a la mañana. ¿Cuáles fueron los resultados de esas innovaciones frugales? Aquí unos ejemplos:

Nuevas formas de desinfectar: El personal de salud se vio en la necesidad de reutilizar las máscaras N95 destinadas a usarse una vez, durante semanas o meses, lo que requirió formas innovadoras de desinfectarlas, incluidos calentadores, esterilizadores de gas y luz ultravioleta. La UVC (luz ultravioleta de longitud de onda corta) mata o inactiva el virus, incluido el SARS-CoV-2, el virus que causa la covid-19, si se usa de la manera correcta. En la pandemia, los científicos instalaron sistemas UVC en habitaciones libres dentro de los hospitales para desinfectar máscaras, entre ellos, el Centro Médico de la Universidad de Nebraska. 

Repensar el diseño de diagnósticos. La primera prueba diagnóstica que se transformó en el estándar mundial, la PCR, requiere equipos y reactivos especializados, por lo que se volvió compleja e inaccesible para muchos países. Así, los Institutos Nacionales de Salud invirtieron $ 1.5 mil millones en el programa RADx para estimular el desarrollo de pruebas y mecanismos de diagnóstico novedosos y asequibles. Aquí un dispositivo inspirado en una lámpara de juguete para detectar la covid-19 a partir de la saliva.

Estaciones de lavado de manos. El lavado frecuente de manos, junto con el distanciamiento social y el uso de cubrebocas para frenar la propagación de la covid-19, se volvieron una de nuestras principales herramientas. Sin embargo, muchas escuelas e incluso algunos hospitales en entornos de bajos recursos no tienen agua corriente ni lavabos que permitan a los estudiantes y pacientes lavarse las manos con regularidad. En respuesta, Brenald Dzonzi, un estudiante de ingeniería en Malawi, diseñó una estación de lavado de manos sin contacto que dispensa automáticamente pequeñas cantidades de agua y jabón de los contenedores precargados. Este desarrollo con materiales de fácil adaptación, da servicios a 2000 personas antes de necesitar el relleno de los contenedores.

El diseño frugal es muestra de que, en medio de la tormenta, se pueden hallar soluciones para brindar bienestar a las personas (¡la innovación es una mentalidad!) Y si bien este tipo de soluciones son una ventana de oportunidad, es importante trabajar a la par y reducir la brecha de acceso a atención médica y recursos entre las comunidades y los países.

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